EL MUNDO 25/06/13
· La Audiencia absolvió ayer al ex asesor de Bildu Juan J. Ibaceta de amenazas a aficionados de la selección española. Ni cree probado que dijera «os voy a pegar dos tiros» ni cree que la amenaza fuera creíble, al no tener licencia de armas.
Al final, el gora eta militarra que gritó a los seguidores de la selección sólo le ha costado a Ibaceta el puesto de asesor. Ni cometió delito ni cometió falta, según la Audiencia Nacional, que ayer absolvió al ex mano derecha del alcalde de San Sebastián de las amenazas con finalidad terrorista por las que el fiscal le pedía dos años y 10 meses de cárcel.
La Sección Tercera de lo Penal concluye que lo sucedido la noche del 1 de julio de 2012 en el casco viejo de la ciudad fue una «riña callejera» tras una «abundante ingesta alcohólica» por parte de todos: unos porque celebraban que España había ganado la Eurocopa, otros porque ya andaban preparando las fiestas de la Virgen del Carmen.
El tribunal –compuesto por los magistrados Alfonso Guevara (presidente), Clara Bayarri (ponente) y Guillermo Ruiz Polanco– describe lo sucedido en términos muy parecidos a los empleados por Ibaceta cuando declaró en el juicio. Según la sentencia, se trató de una «disputa» en un «contexto bronco, callejero y tabernario» que no cabe encuadrar en el delito de amenazas graves.
La base de la absolución es que el tribunal no considera probado que el asesor de Bildu soltara a los tres aficionados la frase que sustentaba la petición de cárcel de la Fiscalía: «Voy a sacar la pistola y os voy a pegar dos tiros. Pam, pam», supuestamente acompañada del gesto de disparar.
Esas palabras no se escuchaban en el vídeo grabado por uno de los aficionados, revelado por EL MUNDO y cuya difusión provocó la dimisión de Ibaceta. Sí se le escuchaba decir «viva ETA militar», aunque la Fiscalía descartó acusar por enaltecimiento ya que faltaba el requisito de haberse producido con difusión pública.
En cuanto a las amenazas, la Sala considera que existen contradicciones entre las versiones de los supuestamente amenazados, dos de los cuales han sido concejales no nacionalistas en el País Vasco. Y añade que, aunque no las hubiera, tampoco se cumplirían los requisitos de «gravedad y trascendencia», necesarios para condenar. En todo caso, prosigue, la supuesta amenaza de Ibaceta tampoco habría cumplido el requisito de ser «firme y creíble». Entre otros motivos, porque se trataba de una amenaza de «imposible realización»: el ex asesor de Bildu «carece de licencia de armas a su nombre», resalta la Audiencia, pese a tratarse de un tribunal muy acostumbrado a ver amenazas cumplidas y poco a ver licencias de armas.
En su declaración durante el juicio, Ibaceta negó haber lanzado amenaza alguna y rechazó que el enfrentamiento se originara por sus gritos de gora ETA contra quienes exhibían una bufanda de la selección española. En esa misma línea, la sentencia dice que «no consta provocación previa» por su parte. Y añade que Ibaceta sólo dijo el gora ETA tras responder primero con un «qué me estás diciendo» a la insistente petición de uno de los aficionados de que repitiera lo que había dicho antes.
Descartado el delito, la Sala despacha casi con sorna que el fiscal le atribuyese a la amenaza una finalidad terrorista: «No puede apreciarse que un acometimiento verbal entre particulares, en la calle, en una zona de copas y tras un partido de fútbol pueda tener como finalidad ‘subvertir el orden constitucional’ […] Los hechos objeto de acusación no son de naturaleza terrorista».
Lo sucedido, concluye la Sección Tercera, sólo podría interpretarse como mera falta de amenazas. Pero, para condenar por falta, la ley exige la denuncia del amenazado y en este caso no la hubo, ya que sólo actuó el fiscal.
Ibaceta se libra incluso de la modesta acusación por una falta de maltrato por la que el Ministerio Público pedía cuatro días de localización permanente. Supuestamente, por arrojar platos a uno de los aficionados. Pero en esa calle no hay terrazas con vajilla, así que ni eso.
EL MUNDO 25/06/13