EL CORREO 21/03/14
· La Audiencia Nacional condena a Jurdan Martitegi, que dijo estar «orgulloso» de pertenecer a ETA, a 139 años de reclusión por el atentado contra la casa-cuartel de Calahorra.
· Entrega temporal a España Aún debe completar en Francia dos condenas de 8 y 7 años por asociación de malhechores.
La Audiencia Nacional garantizó ayer que el exjefe de los comandos de ETA Jurdan Martitegi permanecerá en prisión, al menos, hasta que cumpla los 69 años de edad. El tribunal le ha impuesto una condena de 139 años de reclusión por el atentado que destrozó en 2008 la casa-cuartel de la Guardia Civil en Calahorra, causando heridas a ocho personas y pérdidas valoradas en 4,7 millones de euros. La sentencia, dada a conocer ayer, impone asimismo una pena de 133 años para Arkaitz Goikoetxea, alias ‘Dulantzi’, mientras que absuelve al tercer acusado, Iñigo Gutiérrez Carrillo, por no haber quedado suficientemente acreditada su participación en el ataque.
La Sala, integrada por los magistrados Manuela Fernández Prado, Javier Martínez Lázaro y Ramón Sáez Valcárcel, les considera culpables de ocho delitos de atentado terrorista en grado de tentativa con finalidad homicida, uno de estragos, dos de detención ilegal y uno de robo. A Martitegi le añade, además, un delito de tenencia de explosivos. Para el atentado contra el cuartel de Calahorra los dos etarras, integrantes del comando Askatasun Haizea, utilizaron dos barriles de cerveza cargados cada uno con 50 litros de amonitol. El tribunal considera que con esa acción el talde quiso «enviar un mensaje de horror» a la sociedad y por eso eligió «un establecimiento de un cuerpo de seguridad del Estado donde habitan funcionarios con sus familias».
La condena supone que Martitegi, que durante la vista oral dijo sentirse «orgulloso» de pertenecer a ETA, deberá permanecer encarcelado, al menos, 40 años. Así lo contempla la legislación española desde la reforma de 2003, que elevó hasta las cuatro décadas el tiempo máximo de estancia en prisión para los casos de terrorismo. Lo que supone que el responsable de la organización etarra, que fue capturado en Francia en 2009 cuando le faltaba poco para alcanzar la treintena, no recobrará la libertad hasta haber superado la edad de 69 años.
Refundición de penas
Es el mínimo que deberá cumplir porque aún quedan varios interrogantes en el aire que podrían prolongar ese periodo de reclusión. Martitegi ya tiene otras dos condenas en Francia de 8 y 7 años, respectivamente, cuyo cumplimiento aún debe completar. Las autoridades galas han autorizado su estancia temporal en España para que sea juzgado por el ataque de Calahorra y otros cuatro atentados más, pero cuando acaben esos procesos deberá regresar a una prisión francesa.
El recluso puede pedir que las dos condenas en el país vecino se fundan en una sola porque ambas se sustentan en sendos delitos de asociación de malhechores. Algo habitual en los tribunales de París. Según esta práctica, la pena refundida quedaría en un total de 10 años, de los que el preso pasaría 7 entre rejas antes de abandonar la prisión y ser expulsado del país. Entonces, de cumplirse estos plazos, en abril de 2016 se le entregaría definitivamente a España para que hiciera frente al resto de sus condenas.
Además del atentado de Calahorra, el exjefe de comandos debe sentarse en el banquillo de los acusados por el coche bomba que destrozó el cuartel de la Guardia Civil en Legutiano (Álava) y que causó la muerte al agente Juan Manuel Piñuel en 2008; por el artefacto contra la casacuartel de Durango en 2007; por el hallazgo en Getxo de un barril con 110 kilos de explosivos con el que pretendían atentar contra el club marítimo de esa localidad vizcaína, y en el que figuraban sus huellas; y por un acto de kale borroka en el año 2000 contra un concesionario de coches de Iurreta. Todo ello, seguramente, le sumará varios cientos de años más de condena.
Martitegi es, de hecho, uno de los 150 presos etarras que deberán completar entre 30 y 40 años de reclusión, a pesar de que la banda haya declarado su extinción hace dos años y medio. El antiguo líder terrorista sólo vería amortiguado ese tremendo panorama carcelario si la Justicia española convierte en doctrina la sentencia que ha hecho pública esta semana el Tribunal Supremo por la que ordena revisar el caso de Joseba Urrosolo Sistiaga, disidente de ETA, para que se le descuenten los años que ya ha cumplido en cárceles francesas. De tal forma que no se añadan las penas de un país a las del otro, sino que se fundan.
EL CORREO 21/03/14