EL CORREO 18/07/13
Otorga tres días de libertad vigilada al exjefe del ‘comando Madrid’, referencia de los presos disidentes de ETA, por su «muy positiva» evolución dentro de la cárcel
La Audiencia Nacional consolidó ayer la reactivación de la ‘vía Nanclares’. La Sección Primera de la Sala de lo Penal, la que dirige el magistrado Fernando Grande Marlaska, concedió un permiso de tres días a Joseba Urrosolo Sistiaga, exjefe del ‘comando Madrid’ condenado a más de 449 años y en la actualidad cabeza visible de los reclusos disidentes de ETA. En un auto de cuatro páginas hecho público ayer, los cinco magistrados «reiteran» la «tesis» que ya esbozaron hace dos meses para otorgar otros tres días de libertad condicional al exetarra Valentín Lasarte. La sección de Grande Marlaska sienta así su propia doctrina, que continuará aplicando en el futuro a internos con similares características.
Entienden que autorizar la salida de prisión de estos reclusos, que han roto con la banda terrorista y realizado una revisión crítica con su pasado, supone «un instrumento de reinserción». Un planteamiento que fue duramente criticado por la AVT. La principal asociación de víctimas reprochó a los jueces que traten de «vender» la trayectoria del exjefe del ‘comando Madrid’ como si fuera «un ciudadano ejemplar» al que «sólo faltaría otorgarle una medalla por no seguir matando».
El tribunal, de nuevo por unanimidad, recuerda que «la evolución» de Urrosolo Sistiaga en prisión ha sido «muy positiva» y que, en la actualidad, en su caso concurren «factores muy relevantes de rehabilitación». Enumera que ha «rechazado la violencia de forma expresa y pública»; que por sus declaraciones ha «sido expulsado de la organización terrorista» y también del colectivo oficial de presos de ETA; que ha reconocido el daño causado; y que ha participado en «talleres y foros» sobre «la discusión del terrorismo». Y recuerda que «entre el 5 de octubre y el 29 de noviembre de 2011» mantuvo encuentros con «víctimas directas e indirectas de ETA». Tiempo después, prosiguen los jueces, mantendría una «entrevista personal» con el empresario Emiliano Revilla, a quien la banda terrorista tuvo secuestrado 249 días en un agujero de apenas cuatro metros cuadrados. Urrosolo Sistiaga fue uno de sus captores, con el que solía tener largas conversaciones. El auto de la a Audiencia Nacional hecho pú- blico ayer subraya que ese en- cuentro entre victimario y víc- tima, en el que no estuvo presente ningún mediador «por expreso deseo» de Revilla, «se realizó de forma satisfactoria a para ambos».
El tribunal que dirige Gran- de Marlaska subraya, asimismo, que el pasado marzo y a comienzos de este mes ha suscrito sendos escritos en los que «de forma pública y notoria» se ha posicionado «en contra a de la actividad terrorista violenta». El tribunal subraya, en este sentido, la «dificultad» con n que Urrosolo Sistiaga se ha en- contrado para mantener su postura «en un entorno hostil», en referencia a las críticas que esas ideas le han supuesto por parte del EPPK y de las organizaciones vinculadas a la izquierda abertzale.
Críticas de las víctimas
El exmiembro de ETA, autor de e atentados sanguinarios como el l de la plaza de la República Do- minicana en Madrid que provo- có la muerte de doce guardias civiles, deberá concretar ahora con la dirección de la prisión alavesa a de Zaballa en la que se encuen- tra interno el fin de semana en el l que disfrutará del permiso y la lo- calidad a la que acudirá. A dife- rencia del caso de Valentín Lasarte, en el que se le prohibió de forma expresa residir esos días en un municipio del País Vasco para no herir a sus víctimas, los jueces no han impuesto ninguna condición similar a Urrosolo Sistiaga. La mayoría de los crímenes por los que ha sido condenado se cometieron, de hecho, fuera de Euskadi.
La decisión de la Audiencia Nacional suscitó una reacción en contra por parte de las víctimas. La AVT se mostró convencida de que este tipo de autos forman parte de la «estrategia de blanqueo» del «pasado criminal» de ETA y tachó de «paripé» las cartas de arrepentimiento de Urrosolo y su participación en los talleres de reinserción de la cárcel de Nanclares.
Por su parte, Pablo Broseta, hijo del catedrático Manuel Broseta, asesinado en 1992 a manos del comando que dirigía Urrusolo, rechazó la concesión del permiso porque en el plano «estrictamente personal», querría que el exetarra pasara el resto de su vida en prisión. Otra cosa, dijo, es que las víctimas deben respetar el Estado de Derecho y aceptar las decisiones judiciales. «Si la legislación y el Estado de Derecho lo amparan, poco podemos decir», reconoció antes de advertir que quizá hubiera que plantearse «si este sistema es correcto o no».