EL CORREO 20/01/15
· Fue detenido en Lasarte, 45 días después de su puesta en libertad, por su presunta implicación en dos atentados
La Policía detuvo ayer en Lasarte a Santiago Arrospide Sarasola, ‘Santi Potros’, exactamente a los 45 días de su puesta en libertad y de cumplirse el plazo legal para poder ser nuevamente imputado, en este caso por su supuesta implicación en dos atentados perpetrados por ETA en 1986 y 1987. Tras su paso hoy por el juzgado, ingresará con toda seguridad en prisión. Excarcelado hace mes y medio, Santiago Arrozpide es detenido de nuevo en Lasarte por su presunta relación con dos atentados de ETA
Ni un día más de lo previsto por la ley. La Policía Nacional detuvo ayer en la localidad guipuzcoana de Lasarte-Oria a Santiago Arrozpide Sarasola, ‘Santi Potros’, horas después de cumplirse 45 días de su puesta en libertad y de finiquitar el plazo legal establecido en los convenios de extradición para poder ser nuevamente imputado por actividades delictivas.
El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu recuperó dos antiguos sumarios relacionados con sendos atentados de ETA en 1986 y 1987 para ordenar la captura del histórico exdirigente de la banda por su presunta implicación en estas acciones, una de los cuales causó la muerte de una persona y heridas a otras seis en Barcelona. La reactivación de aquellos casos devuelve así a prisión al antiguo jefe de los comandos etarras, cuya liberación desencandenó el mes pasado la ira de varios colectivos de víctimas del terrorismo hasta el extremo de tildar al PP de «traidor».
Sortu calificó el arresto como la consecuencia de una «fabricación de acusaciones», mientras el Gobierno lo consideró una muestra de que el Estado de Derecho «funciona». La vicepresidenta Soraya Díaz de Santamaría fue más allá y observó que «tranquiliza a todos»; un comentario que cobra especial trascendencia en vísperas de la concentración de damnificados por la violencia convocada el sábado en Madrid contra la política antiterrorista del PP.
Santiago Arrozpide salió de prisión el 4 de diciembre al aplicarse a su condena el descuento correspondiente a los 13 años de reclusión pasados en Francia. La rebaja se hizo en virtud de una norma europea que el Ejecutivo español corrigió un día después para frustrar nuevas excarcelaciones de etarras, máxime de aquellos propietarios de un historial sanguinario forjado en los ‘años de plomo’. De hecho, la Fiscalía recurrió la excarcelación de ‘Santi Potros’, condenado entre otros por el atentado de Hipercor, y estos días se encontraba a la espera de la decisión del Tribunal Supremo, que hace una semana ya denegó el descuento de condena a otro veterano activista, Kepa Pikabea.
Residente en Lasarte, Arrozpide desarrollaba una vida normal hasta que ayer fue detenido en su casa sobre las 10.00 horas, en una operación de la Policía Nacional y la Guardia Civil desarrollada por sorpresa. El exterrorista prestará declaración esta mañana ante el juez y el fiscal, que previsiblemente pedirá su ingreso en prisión ya que él mismo solicitó el arresto. Andreu sostiene que ‘Santi Potros’, como jefe de los comandos de ETA, está detrás del intento de asesinato en 1986 en Madrid de Luis Antonio Burón Barba, fiscal general del Estado, y de la muerte del mecánico Juan Fructuoso Gómez un año más tarde en Barcelona. La banda hizo explotar un coche bomba al paso de una patrulla de la Guardia Civil, cuya deflagración segó la vida del joven, que se hallaba a pocos metros del lugar, e hirió a dos agentes y cuatro viandantes.
La Audiencia Nacional ya solicitó a Francia en 1993 y 1997 la extradición por estos dos atentados de ‘Santi Potros’, encarcelado en el país vecino desde 1987. Las autoridades galas concedieron finalmente su entrega en 2000, pero para ser juzgado por otros delitos, lo que hizo inviable que se le pudiera perseguir por éstos.
Andreu ha esperado 18 años para sacar de nuevo del cajón ambas causas. El magistrado ha recurrido al convenio de extradición con Francia de 1957, que en su artículo 14.1 abre la vía al arresto del exjefe etarra porque no ha abandonado España en los 45 días posteriores a su excarcelación. El plazo concluyó en la madrugada de ayer, sin que el propio inculpado ni su abogado, atentos a la próxima resolución del Tribunal Supremo, cayeran aparentemente en la cuenta del artículo 14.1. Paradójicamente, si Arrozpide se hubiera ido a vivir a otro país en lugar de quedarse en su localidad natal, la detención habría sido legalmente imposible.
Sólo tres años más
En caso de ser culpable, el antiguo dirigente de ETA no pasaría en prisión más de tres años. Ha permanecido 27 entre rejas y una nueva condena no influiría en las tres décadas de reclusión establecidas como tope legal en su situación, ya que en su día fue sentenciado a penas superiores. Eso sí, la captura permite su reingreso en un calabozo sin necesidad de esperar a que el Supremo dicte si es válido o no el descuento de la condena cumplida en Francia. Incluso aunque este tribunal se pronunciara a favor, el juez Andreu podría mantener al detenido en prisión provisional en virtur de las nuevas imputaciones. El retorno de Arrozpide a la cárcel se produce en un momento muy delicado para el Gobierno del PP, que ya sufrió en sus carnes el varapalo por la derogación de la ‘doctrina Parot’ y al que las víctimas han vuelto a criticar con dureza por su gestión con la excarcelación de históricos de ETA.
El futuro procesal de ‘Santi Potros’ depende ahora del desarrollo de los dos sumarios. En uno, el juez le acusa de ordenar al ‘comando Madrid’ «dar muerte» a Burón Barba, aunque el atentado no llegó a producirse porque dos miembros del talde se quedaron dormidos. El magistrado sostiene que el inculpado estuvo «en todo momento al tanto de los seguimientos y preparativos» del ataque, tesis reforzada por unas declaraciones del disidente Soares Gamboa.
La Audiencia considera que Arrozpide también encargó a un comando asentado en Barcelona que atacara a una patrulla de la Guardia Civil con el coche bomba que provocó la muerte de Juan Fructuoso. Domingo Troitiño y Josefa Ernaga, miembros de aquel talde, ya fueron condenados a 168 años por el crimen.