DIARIO VASCO, 16/2/12
Abogan por dedicar los juzgados centrales a otro tipo de delitos. Los jueces que aspiran a presidir la Sala de lo Penal, puesto clave en la gestión final de ETA, asumen la nueva proyección del tribunal
«Sería una desgracia para España que la Audiencia Nacional desapareciera». La sombría frase pronunciada ayer por el magistrado Javier Gómez Bermúdez deja entrever el sentimiento que recorre los pasillos del tribunal central ante la «desaparición de ETA».
Es indudable que el final de la organización terrorista reducirá de forma significativa la actividad del órgano judicial, sobre todo en la Sala de lo Penal, pero más aún la pérdida de simbolismo de un tribunal creado ex profeso hace 35 años para juzgar los delitos terroristas.
Gómez Bermúdez hizo esta reflexión a los cinco vocales de la comisión de calificación del Consejo General del Poder Judicial que ayer entrevistaron a los siete aspirantes a presidir la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, cuyo último mandato dirigió este magistrado.
La Sala de lo Penal es un puesto clave en la Audiencia Nacional, ya que presidirá el tribunal que juzga todos los casos de terrorismo y, por lo tanto, tendrá un papel fundamental en la gestión del fin de ETA tras el cese de la violencia. Además, deberá abordar los posibles beneficios penitenciarios para los presos etarras y la aplicación de la doctrina Parot una vez se pronuncie el Tribunal Constitucional.
Gómez-Bermúdez, que pasó a la terna final junto a sus compañeros de la Audiencia Fernando Grande-Marlaska y Teresa Palacios, puso especial énfasis en defender su mandato, con «asuntos tan cruciales» como el establecimiento de la citada doctrina Parot (endurecimiento de los beneficios penitenciarios).
Asimismo, centró su atención en el tratamiento de otros delitos como el enaltecimiento del terrorismo, las injurias al rey o la necesidad de dar un nuevo enfoque a la lucha contra el crimen organizado. Ya lo dijo el presidente de la Audiencia Ángel Juanes cuando tomó posesión del cargo en 2009. «Se trata de un fenómeno de primera magnitud dotado de una fuerte organización en diversos territorios».
Oficina de víctimas
Grande-Marlaska se refirió a ETA también de pasada y sólo para proponer una oficina de víctimas similar a la del Gobierno vasco, pero dotada de «verdadero contenido». Una institución para que los familiares de los fallecidos y heridos conozcan de primera mano el desarrollo de las causas.
La otra magistrada en liza, Teresa Palacios, de la sección cuarta, aseguró que sus propuestas eran «de andar por casa», más relacionadas con el día a día de la sala. Y dejó una frase lapidaria: «Hemos magnificado la Audiencia Nacional».
Dos magistrados que no pasaron el corte, Javier Martínez Lázaro y Juan Pablo González, se refirieron sin ambages a que la «derrota de ETA limita su actividad» y que había que especializarse para combatir el crimen organizado.
Estos magistrados, más Alfonso Guevara y Ángel Hurtado, criticaron el proyecto de Bermúdez para remodelar la actual composición de los tribunales. Éste quiere que se elijan por sorteo entre los dieciocho jueces de la sala y eliminar así la actual composición de las secciones.
DIARIO VASCO, 16/2/12