Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo

Las elecciones de ayer se presentaban como las más disputadas de la historia, pero lo cierto es que estuvo precedida de la campaña más sosa, insulsa y menos entusiasta. No sabíamos quién ganaría y para contestar hoy, con las urnas abiertas y los votos contados, necesitamos aclarar previamente si nos referimos a los parlamentarios o al porcentaje de votos. Lo que nos permite recuperar una vieja pregunta. ¿Sigue teniendo sentido el reparto actual de escaños por Territorios Históricos? ¿Se mantienen las razones de impusieron tamaña desigualdad? ¿Sí? ¿Por qué?

Luego aparecen las contradicción propias. El PNV respira aliviado, tras ganar en votos y asegurarse el sillón de Ajuria Enea. Lo hace tras perder cuatro escaños, lo que debería llevarle a reflexionar sobre su posicionamiento estratégico. EH Bilbu gana mucho, frente a los resultados anteriores, pero se queda lejos de sus actuales expectativas de ‘sorpasso.’ Tiene paciencia, esperará su turno y navegará con pericia entre sus rentables acuerdos en Madrid y su cómoda oposición en Vitoria.

El PSOE puede estar encantado, gana dos escaños y se asegura su presencia en el Gobierno vasco. Además, Eneko Andueza ha conseguido el prodigio de criticar aquí con ferocidad a quien apoya con entusiasmo en Pamplona, sin que nadie se acordase ayer del sorprendente contrasentido. El PP aumentó un parlamentario pero no consigue eliminar a Vox, que le canibaliza espacio y se mantiene, junto con los socialistas, a años luz del epicentro de la Galaxia política vasca, acaparado por el dúo de partidos nacionalistas. El Parlamento más independentista (urnas) gobernará sobre la ciudadanía menos independentista (encuestas) de toda la historia.

La izquierda confederal, ¡qué nombre tan bonito!, se desangra por las costura por cuestiones internas que nadie es capaz de comprender y mucho menos de explicar. ¿Sabían todos a quién votaban y para qué votaban?

Superado el trámite de las votaciones nos queda el trámite de la formación del gobierno que, con estos resultados, se resolverá en tres minutos. Por eso lo más interesante es qué hará el nuevo/viejo Gobierno vasco. ¿Se reubicará tras ellos o mantendrá el rumbo al no encontrar motivos suficientes para cambiarlo? ¿Se solucionará las carencias sanitarias, se acortarán los plazos del AVE, se pondrá al Concierto a trabajar en pos de la recuperación de la actividad, se mantendrá el apoyo indiscutido a Pedro Sánchez? No se sabe, pero tranquilo, lo iremos viendo.