Del blog de Javier Elorrieta
Colaboré con Nicolás Redondo, cuando tras el Pacto de Estella, entre PNV, EA y ETA, conformaron el Frente secesionista en el País Vasco.
De hecho participé en el Foro De Ermua y me sumé, en calidad de independiente en las listas del PSE, para la aciaga Legislatura en la que asesinaron al Portavoz del PSE-PSOE , Fernanado Buesa y a su escolta, el ertzaina Jorge Díaz. Posteriormente asesinaron a mi amigo José Luís López de la Calle, con el que compartía columna semanal el El Mundo del País Vasco y participamos en El Foro Ermua.
Y también en la conformación de la Fundación para la Libertad, para amparar al conjunto de las organizaciones cívicas como BASTA YA y las de Victimas del Terrorismo.
Tras estar a punto de la alternativa Constitucional en el País Vasco, con un acuerdo de Gobierno PSE-PP . Resultado, que hubiera cambiado la política general en España.
Y que en mejor situación hoy nos veríamos, el PSOE rompió los acuerdos de Estado a los que se había llegado en diferentes materias. Y en especial en el acuerdo por las Libertades y Contra el Terrorismo, y la LEY de Partidos,que fue el motor que permitía la victoria contra ETA, en el terreno de la acción criminal terrorista, incluyendo la victoria sobre su proyecto político totalitario sobre el que se asentaba su acción criminal.
Todo eso quedó traicionado. Y sustituido por el antidemocrático Pacto del Tinell de ZP y Maragall. Y la apertura de negociaciones con ETA para sus acuerdos en el proceso de permitir todos los soportes legales e institucionales de su proyecto político a cambio de la disolución formal del brazo directamente vinculado a la acción terrorista, sin pago y sin enmienda. Y sin recuperación moral y material . Y política, sobre la limpieza ideológica y soporte humano de las expresiones políticas no nacionalistas, que fueron perseguidas con violencia, con incomodidad social y vital, que forzaron numerosos exiliados, que sirvieron para cambiar irremisiblemente una realidad electoral a favor del nacionalismo institucional y el terrorista.
Sólo hay que revisar la liturgia sobre la disolución de ETA, tras los acuerdos del Gobierno de ZP con ETA. El espectáculo de la alegría de los vencidos y la tristeza de las organismos de víctimas del Terrorismo certificaban lo que con atinado análisis expresó Rogelio Alonso en su ensayo, «La Derrota del Vencedor».
En este artículo que destaco de Nicolás Redondo, creo que ubica su deseo en la lógica democrática más evidente. Como la que soportaba aquella política democrática de Pactos de Estado para consolidar, con reformas de mejora , a institucionalización de la democracia en España, atendiendo a la consigan de Libres e Iguales, ante la Ley del conjunto de la ciudadanía española.
Pero la evolución del PSOE desde ZP hasta Sánchez . Donde el primero se ha erigido en testaferro de la peor política en Hispanoamérica, como la de Maduro y el Foro de Puebla. Y Pedro Sánchez ha hecho rebajar en los parámetros fundamentales la calidad democrática e institucional . Y económica de España. Crecimiento de criminalidad e inseguridad a pesar del ocultar en los medios de información las consecuencias de la inmigración ilegal. A pesar del blanqueamiento publicitario de su Gobierno.
Con un crecimiento de la deuda inaudito. Un achicamiento del espectro de la denominada clase media,. Y una polarización y enfrentamiento social, que no se daba en España, incluso antes de la ruptura pactada con la que se consiguió, la recuperación de las libertades, el proceso constitucional y la aprobación de lo que ,ahora con desprecio, definen como el Régimen del 78; Y que abrió el mejor periodo para España.
Si ese obstáculo principal, que es el PSOE actual, no se rompe, no es posible ese deseo.
Por eso creo que todos aquellos miembros del PSOE y sus apoyos debieran oponerse con rotundidad a Pedro Sánchez. Que se ha convertido un auténtico y principal peligro para el futuro de convivencia democrática y civilizada de España.
Y los que le apoyan debieran ser conscientes que ese apoyo, sobre todo para los más informados, ha dejado de ser un erro o una equivocación. Qu se ha convertido ese apoyo en una inmoralidad política.
Por eso destaco el artículo de Nicolás Redondo, al que me une la batalla compartida para la alternativa constitucional en el País Vasco , en los años en que ambos vivíamos escoltados su amistad y los mejores deseos para encauzar la desastrosa política del que fue durante tantos años su partido.
Por cierto no se pierdan el resto de artículos.