ABC-IGNACIO CAMACHO
«El PSOE es imbatible en el puerta a puerta. Ese trabajo decisivo es una de las grandes carencias de la derecha»
«LAS campañas sí mueven votos… cuando se saben plantear. Y tienen bastante importancia en un momento social en que muchos electores se sienten de verdad indecisos y no resuelven su voto hasta muy poco antes, a menudo hasta el mismo día de ir a emitirlo». El interlocutor es consultor político; no tiene cliente en estas elecciones pero las ha seguido con el interés de quien sabe su carácter de proceso-piloto en el ciclo que se abre el domingo. «En ese trabajo de remate decisivo, la derecha falla casi siempre en Andalucía porque le falla algo esencial: la cultura de partido. Incluso el PP, que tiene una implantación sólida, suspende en el trabajo puerta a puerta, el de la batida a domicilio, el de la movilización silenciosa e individual de simpatizantes, familiares o amigos».
«Ahí el PSOE es imbatible. Tiene la enorme ventaja del poder, cierto, pero además conoce el modo de sacarle el máximo rédito. Se mueve en la calle, en el ámbito laboral, en el tejido vecinal y asociativo, en hospitales y colegios, donde el votante del centro-derecha está prácticamente huérfano. Sólo Vox, que viene fresco, ha entendido el papel del boca a boca, en gran medida por escasez de medios. Ni te imaginas el provecho que está obteniendo de los grupos de whatsapp, por ejemplo. En cambio el PP y Cs hacen sólo una campaña de líderes y de actos a los que apenas van los propios adeptos. Lanzan sus mensajes pero les falta una red de apoyo que los divulgue de puertas adentro. Y ese esfuerzo, o su ausencia, se nota sobremanera en la hora del recuento».
«Y por otro lado está el error de la estrategia teledirigida, desde Madrid o hasta desde Barcelona en el caso de Ciudadanos. Ni los naranjas ni el PP tienen buenos candidatos y han optado por arroparlos con un discurso nacional, con un tono sucursalista muy poco empático. Han traslucido de modo muy claro que en realidad se están disputando el liderazgo de un bloque perdedor porque no tienen esperanzas razonables de cambio. Y eso lo aprovecha bien Susana Díaz, con su nacionalismo sobreactuado, ese peronismo bizarro tan suyo que apela a lo sentimental, al acento, al orgullo autóctono frente a un supuesto agravio. Aunque esta vez ha encontrado en Teresa Rodríguez, la lideresa de Podemos, la horma de su zapato: una rival capaz de disputarle el terreno y la bandera del andalucismo igualitario. Lo que pasa es que Susana, aunque flaquea en la gestión, cuenta con el respaldo de un mecanismo partidista muy bien engrasado. Y luego toda la Administración, con su estructura clientelar, que en estas ocasiones funciona en perfecta alineación con el aparato».
«¿Qué si puede haber un vuelco? Hombre, yo no lo veo más que como posibilidad teórica; más bien creo que el problema vendrá, como en 2015, a la hora de formar Gobierno. Con otras elecciones a la vista en mayo me temo que a los andaluces os esperan unos meses de bloqueo…»