Ahora que se ven postergados por Sánchez, al que se ve venir de lejos, y su cómplice Yolanda, a la que no vieron venir ni los suyos, en Podemos están cual no digan dueñas. Ione Belarra, secretaria general de dicha formación y ex ministra de derechos sociales y agenda 2030, se ha dirigido por carta a sus afiliados empleando términos durísimos referidos a Sánchez, el PSOE y su ex camarada Yoli. He tenido acceso al texto y lo he leído con atención. Los desgarros románticos siempre me ha gustado y la carta es una mezcla de Guillermo Gautier Casaseca, Corín Tellado, culebrón venezolano – con perdón – y Barbara Cartland.
Más que la misiva de una comunista a otros comunistas, sinceramente preocupados porque se acaba el momio, tiene esa desgarradora tristeza de bolero, ese “quédatela” que cantaba el gran Moncho. Podemos ha pasado de cantar el Bella al llanto contenido del abandonado por la persona amada. Añadamos que, como el negoci es el negoci, Belarra hace en primer lugar un llamamiento para que nadie abandone el partido apelando a la fuerza e inteligencia del militante, etc. La caja pronto se quedará vacía, salvo intermediación de algún sponsor.
Ione pone de chupa de dómine al PSOE. Dice que junto a Sumar, “tiene como objetivo evidente la sustitución de Podemos por otra fuerza política que pueda representar simbólicamente la izquierda, pero que acepte la subordinación al PSOE y la concertación con los poderes económicos y mediáticos y que a diferencia de Podemos sea servil ante los poderes fácticos que sostienen el régimen bipartidista”. Añaden una porción de cosas de comunistas, como que si Yoli ha impugnado la praxis política de Podemos, que se negó a hacer campaña en las autonómicas y municipales por la cosa podemita y que ha expulsado del seno, vulgo teta, del gobierno a toda la gente del único partido que peleó para que en el 2019 pudiera existir el gobierno de coalición. Luego Ione se pone un poquico tontorrona y habla de que si todo eso ha sido muy duro, en especial para ella, y modesta que es la muchacha añade que su cargo le ha supuesto “el mayor honor que una persona puede recibir y para ello he trabajado día y noche todos los días del año”. Me recuerda a los versos tan cínicos como canallas de Neruda que, bajo el título de “Oda a Stalin”, rezaban “¡Ser hombres! ¡Es ésta la ley estaliniana! Ser comunista es difícil, hay que aprender a serlo. Ser hombres comunistas es aún más difícil, y hay que aprender de Stalin su intensidad serena, su claridad concreta, su desprecio al oropel vacío, a la hueca abstracción editorial”.
Lo que os ha hecho Yolanda a Stalin le habría parecido admirable: una purga en toda regla como las que hacía el criminal comunista con los suyos
Pues chica, no sé tú, pero lo que os ha hecho Yolanda a Stalin le habría parecido admirable: una purga en toda regla como las que hacía el criminal comunista con los suyos. La diferencia es que él los mandaba asesinar tras una farsa de juicio y, gracias a Dios, ahora simplemente os dan la patada de Charlot en las posaderas y hala, a la calle a que os dé el aire. Y en cuanto a Miss Farmatin, la definición de comunista, a excepción hecha de lo de ser hombre, la claridad concreta y el desprecio al oropel vacío porque lo prefiere lleno, le viene de molde. Pocas veces he visto en política una killer como ella, con una sangre fría que ni Clint Eastwood.
Enviarles una carta a los militantes es un detalle pero en el caso de un partido comunista te podías haber ahorrado el esfuerzo. Con decirles “Camaradas, hay esto” hubiese bastado. El comunista de bien lo acepta todo si es por el bien del partido. Aunque lo que te cargues, y no sería vuestro caso, te haga casi perder una guerra mundial como pasó con el Mariscal Tukhachevsky, al que Stalin se cepilló junto a la cúpula del Ejército Rojo. Es el sino cainita de la zurdería. Cuando no quedan enemigos, se lían a gorrazos entre ellos.