EL MUNDO 15/12/13
· El anuncio de la doble pregunta del referéndum que la Generalitat de Cataluña pretende llevar a cabo ha suscitado un lógico interés entre los ciudadanos por saber cuál sería el resultado de la votación. Con la intención de satisfacer esa curiosidad y tomar a la vez la temperatura a la realidad del soberanismo en Cataluña, EL MUNDO ha encargado una encuesta para saber qué responderían sus ciudadanos a las dos cuestiones planteadas, aun cuando nuestra posición es la de que ese referéndum nunca debería realizarse y estamos convencidos de que el Gobierno cumplirá su obligación constitucional para impedir que se lleve a cabo. Ni la Generalitat es competente para organizarlo, ni los catalanes son titulares de soberanía para acordar cuestiones que afectan al conjunto del país: el pretendido derecho a decidir que reclaman los nacionalistas supone conculcar el derecho del resto de españoles a pronunciarse.
El sondeo indica que ante la primera pregunta del referéndum, «¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado?», el 43% votaría sí y el 39%, no; con un 18% de abstención o de indecisos. De ese 43% partidario del «Estado», casi el 82% sería favorable también a la independencia. Es decir: sólo un 35% de los catalanes con derecho a voto se pronunciaría hoy a favor de la independencia, un porcentaje menor incluso del 39% que no es partidario ni de un Estado ni de la secesión. Y eso en el momento de mayor movilización nacionalista, con la Generalitat poniendo a trabajar todos los medios a su alcance en esa dirección y con los soberanistas crecidos tras el acuerdo que ha permitido pactar la fecha y la pregunta del referéndum. Son cifras que están sideralmente alejadas de lo que podría sugerir que el ansia independentista es dominante en Cataluña y más lejos aún de lo que legitimaría reclamar una modificación del statu quo de muchos siglos.
Los datos que arroja la encuesta son interesantes, pues revelan que la celebración de la consulta no responde a ningún clamor de la sociedad catalana ni la independencia cuenta con nada parecido a un respaldo mayoritario. Pero es que ni siquiera lo obtendría ese confuso Estado imaginario no independiente y asociado a una España confederal inexistente que se ha sacado de la manga Artur Mas para contentar a Duran e Iniciativa.
Si todo esto es así, y no hay motivos para dudar del resultado de una muestra suficiente ni de la fiabilidad de Sigma Dos, se confirmaría que estamos asistiendo a una operación demencial del nacionalismo catalán, capaz de tensionar a la sociedad y de sembrar el odio y la división simplemente para alimentar sus mitos y quimeras. Es una frivolidad que con ese nivel de respaldo sus dirigentes hayan metido a la sociedad en esta dinámica destructiva, una irresponsabilidad que sólo podría explicarse por la intención de ocultar tras una cortina de humo su mediocridad y la quiebra a la que han llevado a la Generalitat.
Rajoy volvió ayer a exhibir firmeza en su discurso frente al desafío soberanista y UPyD pidió acertadamente que los Mossos pasen a estar bajo mando de la Delegación del Gobierno, para que no puedan ser utilizados en ninguna actividad preparatoria del referéndum ilegal.
Aunque los sondeos fueran favorables a la independencia por amplia mayoría, seguiríamos siendo partidarios de que ni éste ni ningún otro referéndum se celebrara sin la pertinente autorización de las Cortes Generales. Pero hay que decir que el resultado de la encuesta es sociológicamente tranquilizador. Por otra parte, viene a mostrar que el problema de Cataluña no es muy distinto, en el fondo, al del resto de España: la existencia de una casta que ha hecho de la política su modus vivendi y que es capaz de llevar a la ruina o al enfrentamiento a la sociedad para mantener su posición, si bien en esta autonomía se ve agravado por el fanatismo y la visión totalizadora del nacionalismo.
EL MUNDO 15/12/13