ABC 21/12/12
ARTUR MAS, PRESIDENTE ELECTO «España no quiere ser cambiada, pero Cataluña no quiere ser absorbida ni asimilada»
ORIOL JUNQUERAS, LÍDER DE ERC «No tenemos las competencias de un Estado y el Gobierno español intenta impedir los pocos instrumentos que teníamos»
PERE NAVARRO, PRIMER SECRETARIO DEL PSC «Con nuestra abstención permitiremos que usted y su socio saquen adelante sus pactos, nos abstendremos»
Desde la página 1 El discurso de investidura pronunciado ayer por el presidente Artur Mas es continuación del realizado en 2010 cuando, en la misma sesión parlamentaria, se comprometió a impulsar una transición nacional catalana. En aquella ocasión no hubo hoja de ruta ni fechas límite. Esa es la gran diferencia, pues en base al acuerdo de legislatura firmado con ERC, los nacionalistas catalanes se han comprometido a convocar un referéndum sobre el Estado propio de Cataluña en 2014.
Nada más y nada menos, pues ese objetivo secesionista, que coloca a Mas fuera de la legalidad y de la Constitución, fue el principal protagonista de un discurso con mucho agravio y escaso programa económico. La intervención redunda, por tanto, en el pacto, en la entrega de Mas a los republicanos a costa de sus relaciones con UDC, socio menor de CDC en CiU. Los socialcristianos discrepan de los dos ejes principales del acuerdo, independencia y presión fiscal. Y si durante la campaña electoral fueron discretos para no entorpecer los resultados, la alianza con ERC ha destapado la caja de los truenos dentro de la federación.
Como un matrimonio
El secretario general de Unió, Josep Duran Lleida, nunca ha defendido la independencia, pero mucho menos, la creación de nueve impuestos que castigan a las clases medias y a la banca, supuestamente aliados de una formación liberal como es CiU, y que indirectamente, perjudica a las empresas porque contrae el gasto. «Somos un matrimonio que ya no se entiende en la cama», aseguraba un miembro de la ejecutiva de UDC tras conocer el contenido de los acuerdos CiU-ERC. Ejemplo de la tensión entre ambas formaciones da cuenta el episodio vivido en el Congreso, cuando el diputado de CDC, Pere Macias, aseguraba que los nacionalistas forman parte de un partido de «centro» ante la mirada atónica de Josep Sánchez-Llibre (UDC).
En su discurso, Mas dijo que «las hostilidades y ataques al autogobierno son cada día más patentes y más intensos». Denunció que «las potencialidades de la Constitución para construir un Estado plurinacional no se han sabido aprovechar. Hemos pasado de una cierta evolución autonómica durante dos décadas a una involución autonómica en esta última década».
Según dijo, «Cataluña debe aceptar de una vez por todas que España no quiere ser cambiada y está en su derecho a no ser cambiada. Pero España también debería aceptar que Cataluña no quiere ser ni absorbida, ni asimilada ni homogeneizada». Por ello, afirmó que los catalanes deben hacer «su propia transición nacional, el único camino que nos queda para conquistar un bienestar colectivo». Mas sostiene que, en las elecciones del 25 de noviembre, dos tercios de los votantes dieron apoyo a la autodeterminación. De ahí que, para cumplir con ese «reto democrático» se haya comprometido, con el apoyo de ERC a convocar un referéndum «bajo el marco legal que lo ampare» con la finalidad de lograr amplios consensos. «Estamos en un momento en el que es fácil cargarse gobiernos; atención, porque también es fácil cargarse países. Afortunadamente, no es el caso de Cataluña», dijo.
Paralelamente, Artur Mas cree necesario dedicar esfuerzos a explicar a Europa y al mundo el proceso democrático que quiere impulsar Cataluña» porque «aspiramos a ser un país normal como tantos otros que hay en el mundo». En este sentido, considera que Cataluña «tiene todos los atributos para ser considerado un país normal entre los países normales del mundo: tiene un territorio definido, una población con unos valores colectivos compartidos y con un sentimiento nacional ampliamente mayoritario; una cultura y una lengua propias».
«Observados con lupa»
El presidente electo advirtió, no obstante, que «somos observados. Y seremos observados con lupa. Hecho que nos obliga a explicar las cosas especialmente bien, sin errores innecesarios». «Seremos observados quiere decir — dijo— que desde la UE harán un seguimiento de cómo la Generalitat hace frente al saneamiento de las finanzas públicas, la reducción de los déficit públicos y la moderación del endeudamiento público». Entre las referencias a este ámbito económico, también abundó la queja por la asfixia económica que, según Mas, sufre Cataluña por culpa de sus incumplimientos y por el no retorno del dinero que los catalanes pagan con sus impuestos. «Cataluña debe tener capacidad total para gestionar todos los impuestos. Mientras eso no pase, no tendremos una solución definitiva a las dificultades presupuestarias». Así, se comprometió una agencia tributaria y un banco nacional catalán antes de 2014.
«Amplio espectro»
En su enésimo símil marinero, admitió que en ese camino hacia la independencia «encontraremos muchas inclemencias en la travesía y sé que el barco no está en las mejores condiciones. También sé que habrá muy buena tripulación». Finalmente, reiteró su oferta de configurar un gobierno «de amplio espectro que vaya más allá de CiU». Una oferta dirigida «a todas las fuerzas políticas comprometidas con el ejercicio del derecho a la autodeterminación», en clara alusión al PSC.
El republicano Oriol Junqueras intervino después de su socio de legislatura, con un discurso no leído. Aseguró que «la mayoría de los catalanes tienen la aspiración de que Cataluña sea un nuevo Estado de Europa» y que ERC concede la máxima prioridad a este objetivo porque, según dijo, la independencia es «una herramienta indispensable» para luchar contra la crisis. Justificó su apoyo a CiU en la necesidad de tener un gobierno fuerte que afronte una consulta sobre la independencia de Cataluña y la recesión económica.
Asimismo, el líder del PSC, Pere Navarro, anunció que su partido se abstendrá durante toda la legislatura en todas las votaciones del Parlamento catalán que aborden la celebración de una consulta de autodeterminación en Cataluña.
ABC 21/12/12