ABC – 11/12/16
· Agentes secretos filtran a la prensa que Moscú estuvo detrás del «hackeo» a los demócratas.
· Rusia intentó ayudar a Donald Trump y perjudicar a Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de EE.UU., según un análisis secreto de la CIA al que ha tenido acceso «The Washington Post».
La intromisión de Rusia en el proceso electoral estadounidense ha sido uno de los asuntos más polémicos de la campaña. En momentos clave de la refriega electoral –poco antes de la convención demócrata o a pocas semanas de la cita con las urnas– se filtraron miles de correos electrónicos obtenidos en ataques cibernéticos a los sistemas del partido demócrata o a miembros destacados de la campaña de Hillary Clinton, como su presidente, John Podesta. Los expertos en inteligencia no tardaron en señalar a piratas cibernéticos cercanos a Rusia como responsables de esos ataques y en septiembre las autoridades estadounidenses reconocieron que estaban investigando intentos por parte de Rusia para desestabilizar las elecciones y causar descrédito en las instituciones democráticas de EE.UU.
Los emails dejaban en mal lugar al partido demócrata y a la campaña de Clinton: ponían de manifiesto con claridad el juego sucio contra el candidato socialista Bernie Sanders en las primarias, las transacciones de favores con los grandes donantes demócratas de llegar a la presidencia, la filtración del contenido de debates presidenciales a Clinton y otros asuntos vergonzantes. Además, hay sospechas de que los ciberpiratas rusos trataron de colarse en los sistemas informáticos de la maquinaria electoral estadounidense.
Ahora la CIA va más allá y concede lo que hasta ahora era solo una especulación: que Rusia también buscó que Trump ganara las elecciones. «El análisis de la inteligencia es que el objetivo de Rusia era favorecer a un candidato frente al otro, ayudar a Trump a ganar las elecciones», explicó un alto cargo de la agencia al «Post».
Otra fuente de la inteligencia estadounidense confirmó ese análisis a «The New York Times»: la conclusión era que «con mucha seguridad» Rusia favoreció a Trump. Además, según este diario, los «hackers» rusos también atacaron los sistemas informáticos del partido republicano, pero decidieron no filtrar los documentos obtenidos.
La aparente sintonía entre Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin, fue un motivo para las críticas de los demócratas, en un momento de relaciones tensas entre EE.UU. y Rusia por el intervencionismo del Kremlin en Europa del Este o el apoyo a Bashar al Asad en la guerra de Siria. En campaña, Trump aseguró que Putin es «mucho mejor líder» que el presidente de EE.UU., Barack Obama, calificó de «gran honor» los halagos que le dedicó el presidente ruso y alabó la dureza de su política en Siria.
Con las encuestas en su contra, Trump denunció varias veces durante las elecciones que el proceso estaba «amañado» y advirtió sobre sospechas de voto fraudulento masivo. Con el triunfo electoral en la mano, ha criticado los esfuerzos de algunas organizaciones políticas, como el Partido Verde, por impulsar un recuento de votos en Estados clave ante las sospechas de injerencias externas en los sistemas informáticos de las elecciones.
Reacción combativa
Tras conocer las últimas informaciones del análisis de la CIA, Trump reaccionó con el tono combativo de sus mítines de campaña. Fue a través de un comunicado de apenas cuarenta palabras, en el que acusaba a los miembros de la inteligencia de ser «la misma gente que dijo que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva». El presidente electo añadía que «esta elección acabó hace mucho con una de las mayores victorias en el Colegio Electoral de la historia. Es tiempo de mirar adelante y de “Hacer América Grande Otra Vez” [en alusión al lema de su campaña]».
A pesar de las conclusiones de la CIA, queda todavía mucho por saber sobre la intromisión de Rusia en las elecciones. La agencia ofreció su análisis ante un grupo de senadores la semana pasada, pero no fue una presentación formal respaldada por las 17 agencias de inteligencia de EE.UU. Al parecer, para algunos altos cargos había asuntos claves que la investigación de la CIA no resuelve, como las pruebas de que el Kremlin dirigiera «directamente» los ataques cibernéticos. Según los expertos consultados, es habitual que el Gobierno ruso utilice intermediarios en operaciones de inteligencia.
La mirada está puesta ahora en la Casa Blanca. ¿Por qué la Administración Obama no hizo más por investigar y obtener conclusiones sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones? Las agencias de inteligencia llevaban meses reuniendo pruebas de las actividades de hackers vinculados al Gobierno de Rusia –aunque sin la certeza de que lo hacían para favorecer a Trump–, pero el Gobierno no tomó ninguna medida concreta ni lo denunció públicamente. Cuando a mediados de septiembre, a menos de dos meses de las elecciones, la Casa Blanca concluyó que era el momento de acusar a Rusia, optó por no hacerlo sin el apoyo de legisladores demócratas y republicanos ante el temor de que pareciera que Obama daba un uso político a las informaciones obtenidas por la inteligencia.
Los demócratas estuvieron de acuerdo, pero no algunos legisladores republicanos, que veían cualquier mención a una injerencia rusa como un empujón a las opciones de Hillary Clinton. La CIA no tuvo la misma consideración con la candidata demócrata: a pocos días de las elecciones, su director, James Comey, anunciaba una nueva investigación sobre correos filtrados de Clinton, lo que supuso un mazazo a sus opciones.
ABC – 11/12/16