- Hay que trabajar, insistir en esos sectores políticos de bien para que aparquen sus diferencias, olviden protagonismos y rencores, ejerciten sus corazones y sus almas, pero sin miedos ni recelos para encontrar ese objetivo común que es España
Mi artículo anterior en referencia al que me pareció magnífico discurso y posteriores de Alberto Núñez Feijoo en la clausura del congreso del partido popular y Congreso de los Diputados, obtuvo división de opiniones entre los lectores que intervienen en comentarios u opinan en privado. Las críticas de unos denotaban una tendencia política más a la derecha donde se encuentra el espacio que ocupa Vox, mientras que otros aplaudían las afirmaciones y opiniones del artículo en clara manifestación favorable dentro del espacio que ocupa el PP.
Por supuesto que todas ellas merecen una consideración por su honestidad y son claramente bienvenidas, lo cual unido a declaraciones, manifestaciones y posición de sus líderes y portavoces en el ámbito de los medios de comunicación públicos y privados, me inspira a profundizar en el tema pues creo sin duda alguna que precisamente en esa división de opiniones se encuentra la llave de la solución del futuro de España, entendiendo por futuro la propia supervivencia de la nación, su integridad territorial, su progreso económico, su convivencia social en paz y armonía y por tanto su presencia y protagonismo internacional en Europa y en el mundo. Ni más, ni menos.
A la izquierda y muy especialmente al sanchismo no se le puede hacer mejor regalo que la división de las derechas con ese estúpido e irresponsable enfrentamiento por un espacio que debe ser básicamente común y trabajar sin descanso y generosamente en profundizar en todo aquello que les une que es casi todo, de lo que les separa.
Llevamos ya años sufriendo los españoles las consecuencias de esos egos y esos vetos, mientras en el otro lado, en el oscuro, se unen, se abrazan y se odian pero sin tener nada en común gobiernan juntos exprimiendo al país toda su sabia y energía. Unos escondiendo las pistolas en la cartuchera, otros comiendo caliente cosa que jamás han conseguido por sí mismos, otros charlatanes chulos de barrio sentados encima de una urna escondida tras un mantel o chuleando al país desde Bruselas por boca de una melena y sonrisa equina. ¿Me pregunto qué tienen en común entre ellos? El poder, el dinero y la destrucción de España. Y gobiernan. Y nos roban. Y se ríen abiertamente de todos nosotros.
En ese escenario en breve asistiremos a la quiebra y demolición de nuestra patria como nación cuando la solución es muy simple pues consiste tan solo en la unión de los ciudadanos, todos, con un objetivo común y poniendo al servicio del país ideologías, posturas, criterios y dimensiones para alcanzarlo, que tiempo habrá después para limar asperezas o discutir las diferencias.
Permanezcan los lectores atentos a la pantalla pues oirán hablar en breve de la operación Dunkerque.
España necesita más que nunca un esfuerzo de generosidad de ciudadanos y partidos de bien, entendiendo el bien por el deseo de paz, convivencia y progreso porque terroristas, perroflautas y vendedores de crecepelo comunistas los hay en todas partes y lo único que hay que hacer es mantenerlos en sus jaulas bien protegidas o en sus gallineros.
Hay que trabajar, insistir en esos sectores políticos de bien para que aparquen sus diferencias, olviden protagonismos y rencores, ejerciten sus corazones y sus almas, pero sin miedos ni recelos para encontrar ese objetivo común que es España. Créanme la sociedad civil, los ciudadanos de a pie, las asociaciones o personas como yo que no cejamos en advertir, proponer, quejarnos y manifestarnos, lo agradeceremos pues será un premio a nuestro esfuerzo.
Para acabar, cuando uno lee los programas electorales de Vox y PP la sorpresa surge cuando vemos que se parecen y coinciden en un ochenta por ciento.
¿Entonces?
- Mariano Gomá es presidente del Foro España Cívica