- Vemos en la UCO el último baluarte del Estado de derecho en la España podrida del sanchismo. Admiramos a los que materializan, cuando es más difícil, la igualdad ante la ley y el sometimiento de todos a ella
No me olvido de Marlaska, y menos en estos momentos en que las alcantarillas de Interior se desbordan y las pestilentes aguas se mezclan con las de fiscales tan degradados como para que una Leire Díez pudiera negociar por ellos. O dar por hecho ante investigados, procesados, procesables, condenados, más otros que pasaban por ahí, que su palabra de albañal ataba a defensores de la legalidad sometidos al principio de jerarquía. Esto último no lo estarían vulnerando —para investigable e investigado su jefe— los obedientes fiscales de Leire, los fiscales partisanos que a toque de silbato movía esa propia de Sánchez.
Hay que estar muy segura de contar con red para atreverse a ciertas acrobacias. Que una Leire cualquiera se crea en condiciones de cargarse a la UCO es, en principio, asunto a derivar a los doctores. Mucho descanso y nada de estrés, Leire, maja. Pero esto desborda la chulería tuitera o el exabrupto de rebordenca que se viene arriba. Esto es una recadera de Sánchez, sí, absolutamente convencida de actuar protegida, sí, que además de hablar por la boca va e implementa. O sea, llega el momento y la tía no se corta, coge y plantea la asquerosidad, la ilegalidad, el acuerdo mafioso a un perjudicado, con promesas de lenidad o impunidad, siempre que contribuya al objetivo de matar a la UCO o a sus jefes. Ciertos acrónimos provocan el escalofrío a los capos de la mafia. «¿Qué coño es la UDEF?» —preguntó Pujol. Y el coro de su esposa y sus siete hijos, todos imputados, repetía, en plan griego, pero sin interrogante, como exclamación: «¡Qué coño! ¡Es la UDEF!»
Del mismo modo imagino a Sánchez cuando le informan de que este familiar, aquel pariente o este amigo tiene a la UCO encima. ¿Qué coño es la UCO… al lado de un presidente de Gobierno? Recuérdese el natural dictatorial del maniquí. Y entonces entra el coro, con efluvios de sauna y fraternal sinfonía: ¡Qué coño! ¡Es la UCO! Por eso queremos tanto a la UCO los ciudadanos que creemos en la democracia y en que el Código Penal se aplica a todos. Vemos en la UCO el último baluarte del Estado de derecho en la España podrida del sanchismo. Admiramos a los que materializan, cuando es más difícil, la igualdad ante la ley y el sometimiento de todos a ella.
Se dirán: este ha vuelto a olvidarse de Marlaska. No. Marlaska está detrás de todo porque la UCO es un órgano de la Guardia Civil. Tiene la particularidad de actuar como policía judicial, y el exjuez no tolera eso. Con Sánchez y sus abusos demuestra tantas tragaderas que una ulterior indagación será necesaria cuando se caigan con todo el artesonado. Su papel es politizar los cuerpos y fuerzas, las fuerzas y cuerpos. Su deseo es neutralizar a la UCO, tratar de que no haga su trabajo. Con la colaboración del fiscal general y de Leire (sutileza, verbo, inteligencia, finura) iban a lograr la impunidad efectiva y final.