El proceso lanzado en Álava después de que el presidente de la ejecutiva provincial peneuvista, Iñaki Gerenabarrena, anunciase el pasado lunes que el diputado general en funciones, Xabier Agirre, optará a la reelección sigue su curso.
Ayer fue Bildu quien tomó la palabra para asegurar que votará al candidato peneuvista y cerrar así el paso a la lista más votada, la del PP que encabezó Javier de Andrés. «Favoreceremos cualquier fórmula que deje a la derecha más retrograda de Europa fuera de las instituciones alavesas», resumió quien será portavoz de la coalición independentista en Vitoria, Kike Fernández de Pinedo.
Bildu mantuvo ayer en la revisión del recuento de votos su sexto edil por la capital alavesa.
La elección del popular Javier Maroto como alcalde de Vitoria se da por descontada, toda vez que los demás candidatos se comprometieron a respetar la lista más votada.
Aunque reconoce que su ejecutiva y la del PNV están en contacto, Bildu afirma que el escenario sigue abierto y que hablará con todas las formaciones. «Tomamos la decisión sin ninguna condición y sin esperar contrapartidas», quiso recalcar su representante Lorena López de Lacalle. De esta forma, la mano tendida al PNV alavés, adscrito al sector soberanista del partido que dirige Joseba Egibar, supone que la coalición que reúne a EA, Alternatiba e independientes abertzales renuncia a utilizar su oferta para condicionar la posición del PNV en Guipúzcoa.
Bildu atribuyó su gesto a un ejercicio de «responsabilidad» en línea con su objetivo de «cambiar de ciclo» político en Euskadi y acabar con la «mayoría artificial del PP y PSE, que tampoco es mayoritaria en Álava».
«Ahora es al PNV alavés al que le corresponde tomar la iniciativa en el territorio para hablar con el resto de partidos sobre la gobernabilidad», recalcó Fernández de Pinedo en su rueda de prensa.
Después de que la Junta Electoral confirmase ayer el recuento del domingo, y a la espera de que el PNV decida hoy si recurre para intentar arrebatarle un representante a los socialistas, hoy por hoy el PP suma 16 junteros, frente a los 13 del PNV, los 11 de Bildu, los nueve socialistas y los dos de EB.
El apoyo de la coalición a Agirre en la investidura supondría que el candidato peneuvista a la reelección obtendría 24 votos, dos por debajo de la mayoría absoluta, que podría alcanzar si recibe el respaldo de los procuradores de EB, frente a los 25 de una teórica alianza entre los populares y los socialistas.
El apoyo ayer anunciado no supondrá un cheque en blanco, ni borra de un plumazo las «diferencias abismales» que separan el ideario de Bildu del peneuvista en materia social o económica, según los representantes de la colición.
La propia López de Lacalle fue diputada de Cultura en el pasado tripartito abertzale de Agirre (PNV-EA-Aralar) antes de que el pacto de gobierno saltara por los aires por diferencias en materia de fiscalidad y el acercamiento paulatino de EA a la izquierda radical. «No vamos a renunciar a los principios y programas presentados para entrar en un Gobierno», advirtieron, antes de prometer la puesta en marcha de una democracia «participativa que devuelva el poder al pueblo».
Sobre el eventual miedo que sus postulados de izquierda podría despertar en el empresariado en un momento de crisis económica, Bildu recalcó que algunos partidos están jugando «con el espantajo del miedo, un arma muy utilizada en el Estado español», asegurando que estos recelos no tienen fundamento alguno.
EL PAÍS, 26/5/2011