Jesús Cuadrado-Vozpópuli

  • Están evidenciando todos ellos, incluido el fiscal general García Ortiz, que confían su suerte al Tribunal Constitucional

El Partido Socialista se promociona como “Izquierda Valiente” en su publicidad. Dime de qué presumes y te diré de lo que careces. Del valor del jefe Sánchez, los españoles tuvieron noticia exacta con su huida de Paiporta, la zona cero de la tragedia de la Dana en Valencia. Pero, como él diría, hay más, mucho más. Para empezar, evidencias de su responsabilidad directa por la no ejecución de las obras del barranco del Poyo, que hubieran evitado las muertes, y de cobardía para no asumirla.

¿Valientes? Hay poca grandeza en el borrado a conciencia de todo resto del pasado socialdemócrata y liberal -¡pobre Francisco Giner de los Ríos!- y de la participación relevante del Partido Socialista en la Transición. Ahora, al meter bajo la mesa al ministro de Economía Carlos Cuerpo y aceptar la imposición por decreto de la reducción de jornada, el PSOE se subordina mansamente al anticapitalismo talibán de los comunistas con los que gobierna. Provocan así que en España toda la izquierda sea ya extrema izquierda.

Doblarse ante Trump

Si lo de “Izquierda Valiente” fuera por las bravatas del “doctor” contra Trump y Musk, los socialistas estarían confundiendo valor con ridículo. Como Petro de Colombia, Sánchez pretende superar su debilidad en política interior con charlatanería chavista contra el imperio. En eso, ambos son muy de arrancada de caballo y parada de burro. Como dicen los colombianos, a su presidente se le fue la fuerza por la boca en un trino (mensaje en X) a las tres de la mañana postulándose como nuevo Bolívar contra los esclavistas blancos del Norte para, a las pocas horas, doblarse ante Trump de forma humillante. Pedro de España trinó lo suyo y terminó reculando con eufemismos, el recurso de los cobardes.

Son así. Esta es la izquierda valerosa que se arruga cuando tiene que dar la cara ante un juez, acogiéndose al derecho a no declarar, con la excepción del hermano, que balbuceó, y cómo. Están evidenciando todos ellos, incluido el fiscal general García Ortiz, que confían su suerte al Tribunal Constitucional, como si de un santuario de Lourdes se tratara. Han puesto todas las velas a san Pumpido y buscan el efecto amnistía, ya anticipado con los ERE.

La cobardía socialista fluye de arriba abajo. Los españoles ven parlamentarios que se niegan a rendir cuentas sobre decisiones que perjudican abiertamente a quienes les han votado. Si un periodista local se atreve a preguntar al diputado socialista de la circunscripción por amnistías, cupo catalán o privilegios de País Vasco y Cataluña en el reparto de “menas” desde Canarias, le responderá con cobardía -y cinismo- con largas cambiadas sobre parar al fascismo y otras gaitas.

El sanchismo ya prepara a la opinión pública para, si fuera necesario, un nuevo omnibus trampa contra Núñez Feijóo, que sería señalado como responsable del incumplimiento. Como con las pensiones, no cabe mayor ejercicio de cobardía en un Gobierno

Eso explica que Sánchez ponga al frente del partido en Andalucía a la vicepresidenta Montero, sabiendo que representa todo lo que los andaluces rechazan masivamente. Necesita candidatos dispuestos a traicionar a los electores de cada territorio. Los socialistas no ignoran que su partido ha asumido una hoja de ruta orientada a ir transformando la España del 78 en un Estado plurinacional que les permita mantenerse en el poder, pero lo apoyan. Arrodillados ante los independentistas, no podrían ser más cobardes.

Por el conducto habitual de los activistas mediáticos mejor conectados, Moncloa está difundiendo la idea de preocupación por no tener los votos necesarios para “hacer las reformas que exige la Unión Europea” como condición para poder recibir 25.000 millones pendientes del fondo. Traducción: el sanchismo ya prepara a la opinión pública para, si fuera necesario, un nuevo omnibus trampa contra el Nuñez Feijóo, que sería señalado como responsable del incumplimiento. Como con las pensiones, no cabe mayor ejercicio de cobardía en un Gobierno.

Pero, para “valiente”, Rodríguez Zapatero. Próximamente le entrevistará Susanna Griso en Antena 3 y se verá si tiene de nuevo la suerte de que no le pregunten por aquello en lo que es autoridad mundial: la tiranía torturadora de Nicolás Maduro. Existe un catálogo detallado de sus servicios directos a este sátrapa sanguinario proporcionado por María Corina Machado, al que me he referido en un artículo anterior. La respetada líder opositora califica abiertamente como “efecto Zapatero” el apoyo del expresidente a la dictadura. Lástima que no haya utilizado esa influencia para lograr la libertad de los españoles detenidos por el régimen. ¿Cobardía?

En fin, con los siete del Tribunal Constitucional seleccionados para ir avalando la sustitución de la España del 78 por un inconstitucional Estado plurinacional, ¿”Izquierda Valiente”?