ABC 22/11/12
El vicepresidente Sefcovic reitera la firmeza expresada por Barroso en Cádiz.
La Comisión Europea recordó ayer en la sesión plenaria del Parlamento Europeo, en Estrasburgo, que las sucesivas renovaciones de los textos fundamentales de la Unión Europea no han alterado el principio, ya enunciado en 2004 por el entonces presidente de la Comisión Romano Prodi, según el cual si una parte de un país miembro resultase segregada del mismo, dejaría de formar parte automáticamente de la UE. El vicepresidente encargado de las relaciones institucionales, Maros Sefcovic, dijo claramente que las palabras del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en la pasada Cumbre Iberoamericana de Cádiz, recogen esa misma opinión legal que está «plenamente vigente».
Aunque la pregunta del eurodiputado popular Luis de Grandes estaba dirigida al presidente Durao Barroso, la respuesta la gestionó el eslovaco Sefcovic, a quien el presidente de la Comisión le había dejado instrucciones por escrito, dado que el retraso de la sesión no le permitió seguir asistiendo al pleno. La idea del representante español era que el propio Barroso reiterase en sede parlamentaria lo que ya dijo ante la prensa en Cádiz el pasado día 17.
Solicitud expresa
La Comisión Europea normalmente no se implica en cuestiones específicas que afectan a la política interna de los países miembros. Hasta ahora ha sostenido que, para hablar de un caso concreto, por ejemplo la propuesta del nacionalismo catalán de prometer a los ciudadanos la opción de una Cataluña independiente dentro de la UE, necesitaría que el Gobierno español se lo preguntase expresamente. Eso no impide que sus representantes recuerden cual es la jurisprudencia general en este caso, basada en los antecedentes que existen.
En este caso, tanto las palabras de Barroso en la ciudad andaluza como la pregunta de ayer en la Cámara se referían a un precedente de 2004. El entonces presidente de la Comisión, Romano Prodi, fue preguntado por un caso poco conocido, el de Argelia, que era un territorio francés hasta su independencia el 5 de julio de 1962, aunque desde el punto de vista jurídico formó parte de la vieja Comunidad Económica Europea durante cuatro años.
La laborista británica Eluned Morgan preguntaba expresamente entonces, que si en el caso de que «un estado miembro se divida y un nuevo estado obtenga su independencia democráticamente», «la Comisión puede confirmar que ese nuevo estado debería dejar la UE y solicitar desde cero el ingreso». La respuesta de Prodi fue en aquel momento perfectamente clara: «Los tratados se aplican a los estados miembros. Cuando una parte de su territorio deja de pertenecer a ese estado, por ejemplo, porque se convierte en independiente, los tratados ya no se aplican en ese territorio.
En otras palabras, una región que se convierta en independiente será, por el hecho de esa independencia, un país tercero respecto a la Unión y los tratados no se aplicarán en él, desde el mismo momento de su independencia». Al mismo tiempo, Prodi añadía en esa contestación, publicada en el Boletín Oficial de la UE del 3 de marzo de 2004, que «según el artículo 49, un estado europeo que respete los criterios» requeridos para ello «puede solicitar el ingreso en la UE», sabiendo que esa solicitud «debe ser aprobada por unanimidad» de los otros miembros.
Principio básico de la UE Si una parte de un país miembro resultase segregada del mismo, dejaría de estar en la UE Precedentes Groenlandia emprendió la secesión de Dinamarca y su primer paso fue salir de la Unión Europea Iniciativa del PP El nuevo pronunciamiento de la UE responde a una iniciativa del diputado del PP Luis de Grandes
En este mismo sentido, el pasado 30 de octubre se hizo pública una carta de la también vicepresidenta Viviane Reding, comisaria de Justicia, a quien el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Íñigo Méndez de Vigo, había instado a que clarificase unas declaraciones suyas sobre el tema, que habían dado ocasión a interpretaciones divergentes. «Quiero que no quede ninguna duda sobre mi posición, que es igual a la posición expresada por el presidente Barroso en nombre del Colegio, y que coincido plenamente en el análisis del marco constitucional europeo que desarrollas en tu carta». Reding se refería a la carta anterior de Méndez de Vigo en la que le recordaba a la responsable europea que un nuevo estado escindido de un país miembro «no formaría en ningún caso parte de la UE.
Así resulta del artículo 52 del Tratado de la UE, en el que se enumeran los estados miembros a los que se aplican los Tratados, entre ellos el Reino de España. Por ello, ese hipotético nuevo estado debería, a tenor de lo que establece el artículo 49 del Tratado de la UE, solicitar la adhesión y obtener una decisión favorable del Consejo, por unanimidad, debiendo ser el Acta de Adhesión ratificada por los parlamentos de todos los estados miembros».
Esta cuestión ha sido abordada varias veces en la historia de la Unión Europea, el caso más concreto es el de Groenlandia, una región autónoma de Dinamarca, que ha emprendido el camino de la secesión y el primer paso fue salir de la Unión Europea.
ABC 22/11/12