Iñaki Ezkerra-El Correo

  • Pasa con la guerra en Gaza o el protagonismo de EH Bildu: pasión unida a desinformación

Es uno de los típicos rasgos de la gente a la que de pronto le da por concienciarse de una tragedia que se vive en un punto del globo desde hace décadas y que hasta hoy le ha traído sin cuidado: la pasión unida a la desinformación. Pasa estos días con la guerra en Gaza. De pronto hay quien te viene cuestionando a estas alturas la propia legitimidad de Israel como Estado. Para quien adolece de una tardía conciencia, que solo se ha despertado con la respuesta judía a la ofensiva criminal de Hamás, no existió la Conferencia de Madrid de 1991 ni la de Oslo de 1993, en la que la propia OLP reconoció al Estado de Israel renunciando, así, al viejo objetivo de su aniquilación, para el que había nacido explícitamente en 1964.

Para el concienciado tardío no existió el reconocimiento mutuo de Palestina e Israel como Estados, que firmaron Yaser Arafat e Isaac Rabin al caro precio de la vida de este último. El concienciado tardío es el cómplice perfecto de la desmemoria que hoy rige en todas las variantes del debate público. Es una figura que a menudo se presenta como aideológica, pero que se ha hecho indispensable en ese debate. Indispensable para poder ser utilizada por quien sí tiene una ideología y un conocimiento sobrado de los hechos, pero prefiere omitirlos. El concienciado tardío cree que la Historia se funda a partir del momento en que él toma conciencia de un mal que ya es viejo.

Otro ejemplo. En estos días es un motivo de indignación y preocupación el protagonismo que ha conseguido obtener EH Bildu gracias al Gobierno de Sánchez y a su ascenso de votos en el País Vasco. Pero en este contexto me llama la atención la peregrina aportación del concienciado tardío. Es el que repite la cantinela de que «ETA ha logrado sin matar lo que no logró matando: entrar en las instituciones». El concienciado tardío no sabe que ETA ya entró y ya estuvo en las instituciones en el pasado y cuando mataba. No sabe que llegó a obtener 53.352 votos del electorado catalán en las elecciones para el Parlamento Europeo del 10 de junio de 1987, nueve días antes del atentado de Hipercor. Y no lo sabe porque ha llegado tardíamente a la indignación; o sea, porque en aquella época estaba a otra cosa. Lo que sí sabe el concienciado tardío es echar a todos la culpa de que «ETA haya logrado entrar en las instituciones», incluso a quienes en 2003 la sacaron de ellas.

El concienciado tardío, el tardoconcienciado, haría bien en visitar las hemerotecas para enterarse de lo que pasó en el mundo mientras estaba dormida su conciencia. Y, volviendo al tema de Gaza, también haría bien en ponerse gafas para ver la obvia diferencia que existe entre un Hamás que lucha por la aniquilación de Israel y un Israel que lucha por su supervivencia.