LIBERTAD DIGITAL 31/01/14
· José María Gil Tamayo ha indicado que no se puede reconocer a ETA como representante legítimo y ha salido en defensa de las víctimas del terrorismo.
El portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, cree que «una sociedad que quiere ser justa no puede reconocer ni explícita, ni implícitamente a una organización terrorista como representante político legítimo de ningún sector de la población, ni tenerla como interlocutor político».
Gil Tamayo ha realizado estas consideraciones al ser preguntado por las últimas declaraciones del obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte, quien ha mostrado su «absoluto desacuerdo» con la política que ha llevado a la cárcel a las personas que «más han hecho» para que el entorno proetarra se «plantara» y «saliera de la obediencia a ETA», en alusión a Arnaldo Otegi.
El secretario general de la CEE y portavoz no ha querido referirse expresamente a las declaraciones del obispo, pero sí ha querido dejar clara la postura de la Conferencia porque está «muy clara» en varios de sus documentos.
Entre ellos, está la instrucción pastoral en la que se hace una valoración moral sobre el terrorismo en España y sus consecuencias y otro documento, el número 68, de orientaciones morales sobre la situación actual de España.
En el último documento se dice, tal y como ha subrayado, que la CEE entiende que «una sociedad que quiere ser justa no puede reconocer ni explicita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político legitimo de ningún sector de la población y no puede tenerla como interlocutor político«.
Gil Tamayo está convencido de que»todos estamos obligados a anteponer la unión contra el terrorismo» y también a anteponer la defensa de la libertad y la convivencia «frente a quienes han utilizado el terror como vía de influencia y de cambio social».
Tras dejar claro su «cercanía» a las víctimas del terrorismo, «quienes realmente llevan la herida profunda de las consecuencias del terrorismo», el portavoz ha subrayado que «las diócesis de San Sebastián, Bilbao y Vitoria tienen sus obispos al frente de estas iglesias locales» y que «son ellos quienes tienen que, de forma inmediata y directa, llevar el pastoreo en esas iglesias particulares».