ABC – 16/09/15
· Admite que ha exagerado su desafío para forzar el diálogo con el Gobierno.
Artur Mas admite que, en su desafío secesionista, hay mucha puesta en escena. Es decir, exageración. La finalidad no es otra que forzar al Gobierno a negociar una nueva fórmula de relación entre Cataluña y el resto de España, pero sin que haya ruptura. Según ha podido saber ABC, el presidente en funciones de la Generalitat y «número cuatro» de Junts pel Sí ha asegurado en reuniones privadas con líderes socialistas que sin la aparatosidad de su discurso independentista «no nos harían caso». Así, el líder de CDC reconoce que su objetivo es llegar a un acuerdo con el Gobierno que se forme tras las elecciones generales de diciembre, si la opción independentista gana los comicios del 27-S.
Esta confesión se ha producido en las reuniones discretas mantenidas este año con el primer secretario y candidato del PSC, Miquel Iceta, así como en la entrevista que Mas mantuvo el pasado 22 de agosto con el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, en Menorca, donde ambos dirigentes pasaban sus vacaciones.
En paralelo, los asesores jurídicos del presidente Artur Mas consultados por este diario plantean que una de las vías para evitar la ruptura sería el encaje de la soberanía catalana en la Constitución española. Un asunto que defiende también UDC –ayer Josep Duran se mostraba convencido de que tras el 27-S habría una propuesta del Gobierno–, que cuadra con las tesis del PSOE y que obligaría al PP a volver a pronunciarse sobre la reforma constitucional. Los resultados de las elecciones generales serán determinantes en esas negociaciones poselectorales. Artur Mas lo sabe y es improbable que, aún en caso de lograr mayoría absoluta, los independentistas muevan ficha antes de la formación del nuevo Gobierno. Por eso se dan 18 meses de plazo para lograr la independencia. Y eso, dice la CUP, demuestra que Artur Mas rehuye la declaración unilateral de independencia.
De hecho, en las últimas horas se ha producido un desmarque de Junts pel Sí ( JPS) de las propuestas de insumisión y desobediencia lanzadas por la Asamblea Nacional Catalana, entidad que apoya esta lista, y la CUP –cuyos votos, según el CIS, serían necesarios para que la secesión obtuviera la mayoria absoluta–. El candidato de JPS, Raül Romeva, expresó su «voluntad de negociar y hablar», sin secundar la propuesta desobediencia civil, aunque si el Gobierno bloquea la negociación «habrá que analizar los escenarios en cada caso».