- Pablo Iglesias tiene razón: hay una izquierda abertzale, viva, activa y con poder, que justifica el uso de la violencia terrorista con tal de conseguir sus fines.
Las palabras de Inés Hernand, en la televisión pública, en un programa de gran audiencia que no tiene nada que ver con la política, han sido inoportunas y merecen por ello más disculpas y menos matices.
Las aclaraciones, a veces, no son más que confirmaciones. Hay que dejar claro que la víctima, en este caso, no es ella, sino los asesinados por ETA.
Cuando Hernand dice que «la palabra ETA se utiliza con ligereza y que la izquierda abertzale era pacifista», está claro que tiene más en mente a Isabel Díaz Ayuso que a las víctimas del terrorismo vasco. Pero ha incurrido en un error de bulto.
Lo cierto es que la izquierda abertzale vivió mucho mejor que la derecha y la izquierda constitucionalista, y fue por algo muy sencillo. En el mejor de los casos, por su silencio. Y en el más frecuente, por su colaboración.
El comentario de Inés Hernand es muy desafortunado. Y aunque como ha aclarado después «solo» quería decir que no toda la izquierda era terrorista, lo cual es obvio, lo que sí quería dejar claro es que la derecha está muy contenta de resucitar a ETA y que a personas como Isabel Díaz Ayuso les sale rentable el terrorismo.
Como se decía también de José María Aznar.
Para aclarar la confusión de Inés Hernand, lo mejor es acudir a alguien afín.
Acabo de ver esta inmoralidad repugnante y miserable. Inés Hernand, la de «Presi, eres icono», diciendo a los críos de OT en la televisión que pagamos todos que la «izquierda abertzale era pacifista» y que se ha tergiversado mucho lo sucedido.
Qué asco, pero qué asco infinito. pic.twitter.com/Ep5h0woVSb
— Miss Bennet (@Miss_Bennet5) December 7, 2025
Las palabras del politólogo Pablo Iglesias las puede entender cualquiera:
«La Constitución que se produce en este país no instaura una suerte de reglas del juego democráticas, sino que mantiene una serie de poderes, de una forma muy ‘lampedusiana’ (cambiarlo todo para que todo siga igual), que permitieron la permanencia de una serie de élites económicas y también políticas en los principales mecanismos y dispositivos de poder del Estado Español. Me gusta contar esto aquí porque quien se dio cuenta de eso desde el principio fue la izquierda vasca y ETA. Por mucho procedimiento democrático que haya, hay determinados derechos que no se pueden ejercer en el marco de la legalidad española».
Lo que está diciendo Pablo Iglesias, que es miembro de otra izquierda que tampoco fue abertzale, y que ha formado y forma parte de un gobierno democrático, es que, contra una Transición que no cambió nada del franquismo, hubo una izquierda vasca y un grupo terrorista que hicieron más que todos los demás por la defensa de unos derechos que antes no se podían ejercer.
Según él, ETA ha hecho más por la democracia que todos los protagonistas de la Transición juntos.
A un lado, Iglesias sitúa a los defensores de la democracia, y al otro a los continuadores de la dictadura. En un lado está la libertad, al otro no hay nada.
La violencia terrorista se justifica si es por esa libertad. O sea, que contra los constitucionalistas está justificado el terrorismo de ETA.
Lo dice el profesor, exministro y politólogo en una charla en una herriko taberna de la izquierda abertzale.
Y lo dice porque es verdad. La izquierda abertzale sigue pensando así. Pablo Iglesias tiene toda la razón, e Inés Hernand, en este caso, se equivoca absolutamente.
Hay una izquierda que justifica cualquier tipo de violencia con tal de conseguir ciertos derechos.
No es que la derecha esté empeñada en no olvidar a ETA. Es que hay una línea conductora en el relato que se quiere hacer con Franco, la Transición y ETA que es justo refutar. Un hilo de memoria del que depende un relato que sitúa a una inmensa mayoría de los españoles en un frente antidemocrático, y al resto como libertadores legitimados para hacer cualquier cosa por «la libertad».
Para construir la democracia no se puede volver a dejar a la mitad de los españoles fuera. Y la violencia, sea del signo que sea, debe ser rechazada con contundencia.
Pablo Iglesias no lo podía haber dicho más claro: hay una izquierda abertzale, viva, activa y con poder, que justifica el uso de la violencia terrorista con tal de conseguir sus fines.
En esto, Ayuso e Iglesias coinciden, y discrepan con Inés Hernand.