ABC – 23/09/14
· La división socialista se extiende por los municipios. En Barcelona solo 3 de los 11 concejales votaron ayer contra el referéndum ilegal.
· Confusión El PSC se ha posicionado de cinco formas diferentes en las mociones que se debaten en los ayuntamientos.
Una nueva vuelta de tuerca en la división interna del socialismo catalán. El PSC votó ayer de cinco formas diferentes en las mociones municipales favorables al derecho a decidir y la consulta del 9 de noviembre que más de 600 ayuntamientos han decidido debatir esta semana.
La decisión de los socialistas de sumarse a los secesionistas el pasado viernes y apoyar una ley de consultas catalana que, según admiten, tiene visos de inconstitucionalidad, ya demostró que, a pesar de los cambios de liderazgo en el PSC, las contradicciones persisten. Y la imposibilidad de unificar criterios a nivel territorial abundó en ello.
Así, los socialistas catalanes votaron divididos en los consistorios y diputaciones que han respondido hasta ahora a las llamadas de apoyo al presidente Artur Mas y a la ley aprobada en el Parlamento catalán lanzadas por la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI). Hay concejales del PSC que votaron a favor de la consulta, otros lo hicieron en contra y otros se han abstenido. Los hay que presentaron sus propias mociones favorables a una consulta legal y pactada con el Estado y en las que se defiende un proyecto de reforma constitucional.
Finalmente, hay ediles socialistas que optaron por ausentarse de la votación, como ocurrió ayer en el Ayuntamiento de Barcelona.
La indisciplina no remite
La proximidad de la fecha de la consulta sobre la independencia de Cataluña ha agudizado las divergencias existentes en el seno de la formación socialista. El reciente cambio de liderazgo, ahora en manos de Miquel Iceta, no ha ido acompañado de un discurso único sobre un referendo que el PSOE rechaza rotundamente, pero que el PSC acepta si hay acuerdo con el Estado. De esta forma, los socialistas catalanes luchan por no convertirse en un partido residual en el Parlamento catalán y contentar así a un alma soberanista que todavía persiste, pese a la depuración efectuada en la ejecutiva socialista. Y es que, a las indisciplinas de voto protagonizadas por diputados díscolos meses atrás, se ha dado paso ahora a una especie de libertad de voto a nivel municipal, que constata que el PSC nació ya con el germen de la contradicción.
El partido justifica esa disparidad de criterio –al cierre de esta edición 666 de un total de 946 municipios catalanes habían confirmado la presentación de mociones– en que la realidad territorial es muy diversa. No obstante, el objetivo de esas mociones, promovidas por la AMI, está muy claro: «Mostrar el apoyo a la convocatoria de la consulta del 9 de noviembre de 2014 para decidir libremente el futuro de Cataluña» y «dar pleno apoyo al presidente y al gobierno de la Generalitat, al Parlamento de Cataluña y a los partidos políticos que dan apoyo a la convocatoria y la materialización de la consulta del 9 de noviembre dentro del marco legal que es la Ley de consultas populares no refrendarias y participación ciudadana». Así reza el texto propuesto por la AMI para que los consistorios puedan debatir-
lo en Plenos extraordinarios. Al frente de los consistorios soberanistas, sobresale Barcelona, gobernada por CiU. Su alcalde, Xavier Trias, pese a encuadrarse tradicionalmente entre los dirigentes de Convergència más templados, ha abrazado con entusiasmo la causa soberanista. «No soy independentista, pero votaría a favor de la independencia», ha repetido en numerosas ocasiones.
Ayer tuvo ocasión de proclamar la adhesión soberanista de la capital catalana en el pleno municipal extraordinario convocada para ello. Aunque gobernando en minoría, el alcalde sumó los votos de los ediles de CiU a los de ERC e ICV y la moción a favor de la consulta salió por 21 votos a favor frente a doce en contra.
En el bloque del «no» se contaron los nueve ediles del PP y tres del PSC, ya que ocho concejales socialistas no participaron en la sesión como forma de protesta por «las formas y la actitud del bloque soberanista» que, denunciaron, promueve una «adhesión acrítica» a un proyecto al que oponen su reforma federal. El popular Alberto Fernández advirtió al al alcalde Trias de un posible delito de prevaricación si el Ayuntamiento colabora, cediendo el padrón por ejemplo, en «un referéndum ilegal» y una ley de consultas «contraria a derecho».
Frente a un Alberto Fernández que acusó a Xavier Trias de sumarse a un proyecto que «divide a los catalanes y los aleja de Europa», el alcalde confesó que el de ayer fue uno de los días en los que se sentía más «orgulloso» de ser edil de la Ciudad Condal. Desde la tribuna de invitados, la presidenta del Parlament, Núria de Gispert; la vicepresidenta de la Generalitat, o la presidente de la Asamblea Nacional Catalana, Carme Forcadell, apoyaron el paso dado por el Consistorio barcelonés.
Sumisión a Mas
Con la moción de ayer, el ayuntamiento de la capital catalana se pone al frente de los ayuntamientos soberanistas, lo que se suma a una actitud que la oposición denuncia que es de sumisión institucional a la Generalitat. Históricamente funcionando como contrapoder (Barcelona para el PSC, la Generalitat para CiU), el Ayuntamiento ha pasado de exigir mejor trato e inversiones por parte del Gobierno catalán, a suplirlo financieramente ante los apuros y el quebranto de las cuentas de la administración autonómica.
En el proceso soberanista sucede otro tanto, y el Consistorio que preside Trias –que al inicio del mandato hasta llegó a plantear un gobierno de coalición con el PP– se ha mostrado como el más entusiasta aliado del presidente Artur Mas. Sin ir más lejos, Xavier Trias encargaba hace pocas semanas a un grupo de expertos la elaboración de un «libro blanco» sobre el papel que debería tener Barcelona como hipotética capital de una Cataluña independiente.
ABC – 23/09/14