• Publicado el sábado, 21 diciembre 2024 por Santiago González en su blog

Se quejará la fachosfera de que los socialistas no son buena gente, pero esto es un bulo que no resiste el cotejo con la realidad. Cristina Álvarez, que figura en el organigrama de Moncloa como directora de Programas de la Secretaría General de Presidencia del Gobierno, era según declaró ayer ante el juez Peinado, secretaria de Bego Pillafondos, no se tome esta expresión como denigratoria sino como la traducción más cabal de la expresión que ella utilizaba para firmar sus correos: Bego Fundraiser. Esta señora hacía suyo el apodo de su jefa y no se recataba de requerir a Reale, uno de los patrocinadores de Bego para que no desistiera de su noble actitud: «Me dice Begoña que te traslade que le encantaría que sigáis como Patronos de la Cátedra, aunque sea con una cantidad inferior. Dispuestos a colaborar con vosotros en lo que necesitéis». A veces remitía estos mensajes desde su correo oficial como alta funcionaria del Gobierno. Al juez le dijo que su papel en Moncloa “era apoyar a Begoña Gómez en tareas personales”. Pero recaudar fondos de las actividades económicas privadas de la mujer del presidente en la sede de la Presidencia se escapa del concepto de ‘tarea personal’. “Soy amiga de ella (de Begoña Gómez) y le hacía favores”. Por razones de amistad cobraba el señor Otxia a los acoquinados empresarios de las cartas que les enviaban sus amigos pidiendo el impuesto revolucionario.Y si tienen un alto concepto de la amistad, qué decir del que tienen de la familia: la mujer y el hermano del presidente. Nadie, por ejemplo, ha cuestionado en público el decoroso negocio del suegro en las saunas que regentaba. Sería un bulo aunque fuese verdad. Al psicópata de La Moncloa las cañas se le están volviendo lanzas y le están provocando reacciones histéricas. A ver quién le va a pedir perdón al fiscal general cuando la UCO ha revelado que su móvil tenía borrados todos los mensajes en las fechas claves de la filtración de los correos del abogado de González Amador con la Fiscalía, del 8 al 14 de marzo. O sea que el Ministerio Público ha tratado de ocultar un delito de revelación de secretos con otro delito de obstrucción a la justicia. En una actitud perfectamente idiota, por otra parte: el borrado no impide recuperarlos de sus destinatarios y/o remitentes y también porque en internet todo deja huella. El cerco a Sánchez continúa. El juzgado número 98 de Madrid lo ha convocado a un acto de conciliación previo a la querella que le ha puesto el novio de Ayuso por llamarle ‘delincuente confeso’ en la que le pide 100.000 euros. Entre Sánchez, Montero, Bolaños y demás patulea van a acabar pagándole la multa de Hacienda.

La Fiscalía había explicado las razones del fiscal general para el borrado de su móvil entre los días 8 y 14 de marzo: ha sido por la costumbre de la casa de no almacenar datos ‘indefinidamente’. Ya ni siquiera en vejatorio que delincan, sino que nos tomen por gilipollas. Que se abone a la delincuencia la institución que debería combatirla es un contradiós. Ya lo decía un personaje en la primera secuencia de ‘El extraño viaje’ cuando la gran María Luisa Ponte salía de su mercería, La Parisién, enarbolando un corsé: “Como este era el corsé que me han robado”. Una de sus comadres comentaba: “Hay que ver. Hasta los ladrones se están corrompiendo”.