EL MUNDO 03/08/13
PP y PSOE suman ya sólo el 60% de los votos, frente al 73% de las elecciones
Un mes más, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha constado el profundo deterioro político que atraviesa España, que afecta enormemente a la imagen de los políticos y a la confianza que los ciudadanos tienen en ellos, y que tiene una gran incidencia en la intención de voto de la población.
El punto de partida a principios de 2013 ya era malo, como consecuencia de una crisis económica que se prolonga ya más de cinco años. Sin embargo, la opinión de los ciudadanos sobre las personas que nos gobiernan ha empeorado todavía más desde entonces, dejando la valoración de los líderes políticos y de los miembros del Gobierno en mínimos históricos, convirtiendo a los gobernantes y a la corrupción en problemas de primer orden para la población, y arrojando unos porcentajes de intención de voto que, de materializarse, minarían de forma muy importante el bipartidismo que ha regido la vida política española desde la Transición.
En este último punto, el barómetro del CIS de julio, hecho público ayer, es revelador de la tendencia política. Los grandes partidos, PP y PSOE, se hunden en intención de voto, logrando sólo un 32,5% el primero y un 27,2% el segundo. La caída de los populares desde las elecciones generales de noviembre de 2011 es ya de 12 puntos, mientras que los socialistas –y esto es lo importante– no recogen ninguno de esos votos perdidos, ya que su porcentaje también baja.
Entre los dos, sumarían en estos momentos el 59,7% de los votos. Por comparar, en las últimas elecciones concentraron el 73,39% y en las de 2008, el 83,81%.
Parece claro que los ciudadanos responsabilizan así a los dos grandes partidos de no haber sabido gestionar la crisis económica (el PSOE la gobernó de 2008 a 2011, y el PP desde entonces) –y seguramente de haberla empeorado– y están dispuestos a optar por formaciones que hasta ahora eran muy minoritarias.
Éstas son fundamentalmente IU y UPyD, aunque no sólo –también crecen ERC y Amaiur, por ejemplo–. La coalición de izquierdas alcanza en el barómetro un 11,5% en intención de voto, un dato excepcional que si se produjera en unas elecciones supondría el mejor resultado del partido en toda su historia –obtuvo el 10,54% en 1996, en la época de Julio Anguita–. En cuanto al partido que lidera Rosa Díez, se sitúa ya en el 8,8%, un porcentaje realmente impresionante para una formación que se fundó hace sólo seis años. Los dos han ganado dos puntos en los últimos seis meses.
Uno de los puntos que más está beneficiando a UPyD es el carisma de su líder, que es la dirigente política más valorada por los ciudadanos y con amplia diferencia sobre los demás. Cayo Lara, el coordinador de IU, siempre ha carecido de una popularidad semejante, pero aun así es el cuarto líder mejor valorado, por encima de su principal rival en el electorado de izquierdas, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.
En el lado opuesto está Mariano Rajoy. Es el segundo dirigente peor valorado (saca un mísero 2,45), el 85% de los ciudadanos tiene poca o ninguna confianza en él y el 68,9% cree que su gestión en el Gobierno es mala o muymala, el 22% opina que es regular y sólo un 7,3% la califica de buena o muybuena.
Son datos influenciados por la situación económica –el 89,9% cree que es mala o muymala– y política –el 81,5% la ve también mala o muymala–, pero hay otro elemento que está influyendo de forma muy destacada: la corrupción política.
El pasado enero, la corrupción y el fraude era el cuarto problema para los españoles, señalado por el 17,7%. En julio es ya el segundo, marcado por el 37,4% de los encuestados, 20 puntos más que hace sólo seis meses. El 13,5% lo indica ya directamente como el problema más importante del país, por encima del paro y de cualquier otro.
En este sentido, el caso Bárcenas y el caso ERE–entre otros–, de los que se han conocido importantes revelaciones en 2013, están siendo demoledores para la imagen de la política. Y eso que el barómetro se realizó del 1 al 10 de julio, cuando EL MUNDO todavía no había publicado los SMS entre Rajoy y Bárcenas, el ex tesorero del PP no había entregado al juez la contabilidad B del partido y el presidente del Gobierno no había comparecido en el Congreso. Habrá que ver si los datos del siguiente sondeo no son aún peores.