Miquel Giménez-Vozpópuli

Siempre he sostenido que los extremos a que hemos llegado en Cataluña, además del indiscutible protagonismo de la antigua Convergencia de Pujol y sus hereus de Junts, han sucedido porque los empresarios de mi tierra o son tontos, o son lazis, o son cobardes. O las tres cosas, que no es óbice. Ahí tienen la prueba del nueve con la propuesta del Círculo de Economía en la que invitan a Feijoó a negociar la amnistía para la banda de Waterloo en el Congreso pero, ¡ah, amigo!, siempre y cuando éstos vividores de la estelada renuncien públicamente a la vía unilateral. En serio, hay que cambiar de medicación urgentemente, porque si hay algo claro y meridiano es que los estelados ni se arrepienten de lo hecho, ni admiten responsabilidad ante la crisis económica y social que sufrimos en mi tierra ni han dicho otra cosa que el célebre ho tornarem a ferlo volveremos a hacer.

Entonces, ¿a qué carajo viene esa salmodia santurrona por parte de aquellos que deberían ser los primeros interesados en apartar de la cosa pública a unos locos que han hundido a la región que era la locomotora de España? ¿De verdad se creen los del Círculo que Puigdemont va a renunciar a nada? Cuando hablan de “Iniciar un nuevo ciclo que debe desarrollarse en el marco de la Constitución” ¿ven a la Borrás, al Cocomocho, a las CUP, a Arran, incluso a Pedrito Aragonés diciendo que sí, que vayamos todos juntos de la manita cantando aquello de “Que buenos son los padres escolapios, que buenos son que nos llevan de excursión”? Esta ristra de memeces las han hilado los del Círculo de tiza caucasiano, perdón, de Economía, en una nota de opinión a la que han titulado pomposamente “Un salida para Cataluña, una propuesta para España”. Home, no fotem.

La única salida, bendita salida, que tenemos los catalanes es que el orden constitucional, la ley aplicada con rigor y la vuelta a la sensatez en política nos saquen de este pozo

Será una salida para los delincuentes que malversaron, que al resto no nos hacen falta amnistías porque sabemos que el estado vorazmente recaudatorio no ha de perdonarnos un ochavo de la barbaridad de impuestos que pagamos, y en Cataluña más. La única salida, bendita salida, que tenemos los catalanes es que el orden constitucional, la ley aplicada con rigor y la vuelta a la sensatez en política nos saquen de este pozo en el que nos metieron los alucinados que veían repúblicas donde lo único que había eran maleteros.

Aquí Feijoó ha estado rápido. Y como no me duelen prendas en reconocer las cosas cuando son para bien, hago mías las palabras del líder popular cuando ha despachado esta fantasmada con un lapidario “La amnistía es ilegal y una indecencia moral”, añadiendo lo que todos sabemos, que ese es el precio que pagará Sánchez para seguir en el machito aunque sea a coste de dar la razón a quien delinquió y condenar a quienes actuaron en defensa de la ley.

Cuando se estudie este tristísimo periodo de la historia de España, sus nombres, aparecerán bajo el mismo epígrafe que esos separatas a los que tanto quieren y amparan: traidores

Que no otra cosa es la amnistía, un chantaje separatista a un individuo carente de escrúpulos que pretende ensalzar al golpista y denigrar a quien paró el golpe. Y da igual que renuncien a la unilateralidad. Como si renuncian a las leyes de la termodinámica. La ley es la ley y debe ser igual para todos. Ahora, que estas animaladas se digan desde Bruselas o desde las sedes de los partidos lazis es una cosa, pero que las diga una organización empresarial es otra muy distinta. Y permítanme que añada algo. Cuando se estudie este tristísimo periodo de la historia de España, sus nombres, empresarios circulares, trapezoidales, cuadrados o paralepípedos aparecerán bajo el mismo epígrafe que esos separatas a los que tanto quieren y amparan: traidores. Se lo dice el hijo de un camarero, el señor Miguel qepd, que defiende y tiene más claro lo que es la libre empresa que todos ustedes. Us felicito, fills.