EL MUNDO – 22/10/15
· Considera que investir al presidente de un partido corrupto «perjudicaría al ‘procés’»
La CUP podría haber aprovechado la nueva oleada de detenciones por el caso 3% para sepultar definitivamente a Artur Mas, pero las negociaciones para impulsar la «ruptura» con España pesan demasiado. Ayer, los antisistema se limitaron a subrayar que prefieren otro candidato para presidir el Govern porque «las mochilas de corrupción de Convergència son un obstáculo y pueden perjudicar al procés».
El partido de izquierda radical defendió desde el Parlament que el arresto del actual tesorero de Convergència «no altera» su posición sobre la investidura de Mas, sino que simplemente le otorga «vigencia». Dicho de otro modo, la CUP ya consideraba corrupta a Convergència antes del 27-S y por esa razón ni quería ni quiere que Mas repita como presidente de la Generalitat.
El nuevo portavoz parlamentario de los antisistema, Albert Botran, aseveró que «sería bueno que la Presidencia de la Generalitat no recayese sobre Mas, porque es el presidente de un partido salpicado por la financiación ilegal, aunque no tenga ninguna implicación demostrada».
La tibieza de la CUP llegó hasta tal punto que ni tan sólo se aventuró a extender su veto a cualquier otro candidato de Convergència a la Presidencia de la Generalitat. «Le corresponde a Junts pel Sí proponer aspirantes», resolvió Botran para evidenciar, de nuevo, que su partido es capaz de soslayar hasta cierto punto el caso 3% si con ello consigue salvar el proceso independentista.
El portavoz de la CUP se esmeró en realizar un juego de equilibrios para compensar su crítica a Convergència con la «evidente intencionalidad política» de las detenciones realizadas por parte de la Guardia Civil. Sostuvo Botran que «existe guerra sucia» por parte del Estado por hacer coincidir los arrestos con las negociaciones del nuevo Govern y la precampaña de las elecciones generales y por «alertar a los medios» de los registros. Pero, a continuación, precisó que «eso no quita que la denuncia que ha motivado la operación policial tenga fundamentos verosímiles». «La guerra sucia no puede tapar la corrupción», resolvió el antisistema.
Con el afán de justificar que vaya a mantener negociaciones con una formación asediada por la Justicia, la CUP también intentó abrir el foco y circunscribir las reiteradas operaciones policiales contra Convergència en el marco de una corrupción sistémica que afecta a «todos los partidos políticos de España». Así defendió el portavoz de los independentistas radicales la necesidad de «darle la vuelta» a la amenaza que la corrupción convergente supone para la hoja de ruta independentista. «Mantenemos la negociación porque esta realidad va más allá de CDC», finiquitó la CUP.
EL MUNDO – 22/10/15