Lejos de intentar esconder su responsabilidad en la organización del ataque a la sede del PP en Barcelona, la CUP asumió ayer la autoría del asalto y lo justificó «políticamente».
El diputado del partido antisistema, Benet Salellas, consideró que el escrache protagonizado por sus juventudes fue la «clásica acción de calle» y añadió que «políticamente tenía mucho sentido». Salellas se esforzó en contradecir la opinión compartida por todas las fuerzas políticas catalanas –incluidas las soberanistas– y sostuvo que el ataque a la sede popular no puede ser tildado de «violento». «No se impidió la libertad de nadie», abundó el parlamentario de la izquierda independentista radical.
El portavoz de la CUP respondía así directamente al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, quien anteayer condenó el asalto a la sede del PP en la capital catalana al manifestar que «cualquier acción encaminada a intentar limitar la libertad de actuación de cualquier grupo político es absolutamente condenable» y llamar a «los que tienen estima por el proceso político que vive Cataluña a respetar la voluntad de la mayoría de la gente de Cataluña, que es la de hacer las cosas bien, dialogadas, con convivencia y en positivo, respetando absolutamente todas las opiniones».
También el Parlament condenó ayer el asalto mediante una declaración conjunta de todos los grupos, a excepción de la propia CUP.
Según el texto, la Cámara «rechaza firmemente el escarnio y la ocupación que el grupo político Arran organizó en la sede del PP» y define al propio Parlament como «institución representativa del pueblo de Cataluña y cristalizadora del pluralismo social y político de la sociedad».
El documento afirma que el respeto a todas las formaciones políticas democráticas es «la base del sistema institucional» y añade que la discrepancia política e ideológica es garantía de pluralismo.
«La legítima discrepancia no puede ser nunca motivo para justificar ninguna intimidación», subraya el escrito, firmado por la portavoz de JxSí, Marta Rovira; el de C’s, Carlos Carrizosa; la del PSC, Eva Granados; el de SíQueEsPot, Joan Coscubiela, y el del PP, Alejandro Fernández.
En paralelo, el PP formalizó ayer su denuncia por el escrache ante los Mossos d’Esquadra. Denuncia en la que señala directamente a la diputada Anna Gabriel y al ex líder de la CUP, David Fernàndez, por participar en el asalto.