EL MUNDO – 17/03/16
· Presenta un proyecto independentista propio aunque el Govern dice que cumplirá su plan.
· Las vacilaciones que en los últimos días han mostrado varios altos dirigentes de Convergència con respecto al plan independentista han puesto en alerta a la CUP. Los antisistema, socios de Junts pel Sí en el Parlament, presionaron ayer a CDC por dos vías: en el pleno del Parlament le exigieron firmeza para cumplir la hoja de ruta prevista, que plantea proclamar la independencia dentro de 16 meses, y después presentaron un plan propio para lograr la secesión de Cataluña.
En los últimos días, declaraciones del ex president Artur Mas y del ex coordinador general de Convergència Josep Rull han matizado la apuesta independentista del partido. En el marco de la «refundación» de CDC, Mas dijo que no es partidario de que la formación remozada sea «estrictamente independentista» y que prefiere definirla como «soberanista». En cuanto a Rull, afirmó que en el partido «caben perfectamente» los catalanes que votarían no en un eventual referéndum.
No sólo la CUP interpretó esas palabras como un repliegue; el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, lanzó hace unos días una advertencia muy clara: «Por encima de las legítimas opiniones de Artur Mas está el compromiso contraído por el Govern con la ciudadanía de hacer la independencia. ¡Cumplir o traicionar!».
Joan Garriga, diputado de la CUP en la Cámara, manifestó que el apoyo de su partido al Govern se explica sólo porque la legislatura catalana es «excepcional», y reclamó «gestos» que visibilicen el proceso independentista, como «desobedecer las leyes del Estado».
La portavoz del Govern y consejera de Presidencia, Neus Munté, quiso tranquilizarle afirmando que al Ejecutivo catalán no le «temblarán las piernas» para cumplir con el plan previsto. «Nuestra voluntad inalterable es dejar preparado el país en 16 meses para disponer de un Estado absolutamente independiente», insistió.
Pero la desconfianza de los antisistema se plasmó después en la presentación de un proyecto propio para la secesión. La CUP propone cumplir con los plazos previstos y celebrar en 16 meses unas elecciones constituyentes que se interpreten «de facto» como una declaración unilateral de independencia en caso de victoria.
El plan pasa por crear un Foro Social Constituyente, un órgano formado por miembros de la sociedad civil que actuaría bajo el «paraguas» de las instituciones catalanas. Su objetivo sería debatir varios aspectos sobre la creación de una hipotética república agrupados en siete ámbitos.
Si vencen los independentistas, tras la declaración de independencia el Parlament se transformaría en una Asamblea Constituyente que no estuviera sujeta a la jurisprudencia española y el proceso terminaría con la redacción de una constitución propia ratificada a través de otro referéndum.
EL MUNDO – 17/03/16