EL MUNDO – 16/12/15
· Rechaza apoyar a ningún partido para el 20-D y subraya las diferencias con CDC.
A la espera de que la asamblea de la CUP del 27 de diciembre decida si Artur Mas vuelve a ser presidente de la Generalitat, el partido anticapitalista se inclinó ayer oficialmente por la abstención en las elecciones del 20 de diciembre. «Participar es legitimar un marco que encarna la negación de los derechos nacionales, sociales y democráticos de los Països Catalans», explicaron varios dirigentes, que también lanzaron avisos contra el candidato de Democràcia i Llibertat, Francesc Homs.
La CUP no se presenta a las generales; no lo ha hecho nunca. Pero eso no significa que la opinión del partido, en un momento en que continúan las negociaciones con Junts pel Sí para abordar la nueva legislatura en Cataluña, no tenga su peso en sectores independentistas.
Hasta el momento se habían pronunciado dos ex diputados, Quim Arrufat y David Fernàndez. El primero explicó que, si vota, lo hará por En Comú Podem, la marca catalana del partido de Pablo Iglesias; el segundo pareció inclinarse por ERC durante un debate con Joan Tardà, pero luego aclaró que estaba bromeando.
La CUP como tal no habló hasta ayer, y lo hizo para pedir la abstención. «Las elecciones españolas no son útiles para los objetivos que tenemos planteados, no contribuyen a acumular fuerzas en la dirección de la ruptura democrática y la independencia. La soberanía no se pacta, y menos con un Estado demofóbico», aseguró Natàlia Sánchez, miembro de la dirección de la formación.
Otros dirigentes del partido añadieron al anuncio varios avisos a Convergència –que se presenta al 20-D con las siglas de Democràcia i Llibertat–, y en particular a Homs. «Esperamos que los partidos no hagan ninguna propuesta de pacto», dijo por ejemplo el cupero Xevi Generó; esa voluntad de llegar a acuerdos en Madrid es precisamente uno de los ejes de la campaña de Democràcia i Llibertat.
También alejan a la CUP de Junts pel Sí asuntos como las privatizaciones, el consorcio sanitario de Lérida o las subvenciones a los colegios que separan a los alumnos por sexo. Homs defendió hace dos días que esos conciertos no peligran, pero los anticapitalistas insinuaron ayer que esa afirmación responde a las exigencias de la campaña. «Estas escuelas ni siquiera cumplen las normas para recibir ese dinero», dijo otro de los diputados de la CUP.
La campaña electoral ha congelado el debate público sobre la investidura de Mas, que debe llegar a un acuerdo con la CUP antes del 10 de enero si no quiere que se repitan automáticamente las elecciones. Pero las conversaciones continúan. «No hay ninguna carpeta cerrada. A mediados de esta semana se abrirá una segunda vuelta de reuniones para concretar. En cualquier caso, como mínimo estamos hablando el mismo lenguaje, y ahora Junts pel Sí está de acuerdo en que hay que ensanchar la base social del independentismo», aseguró el diputado Albert Botran.
Ayer la cuestión de la investidura ni se mencionó, pero el resultado de la asamblea del 27 de diciembre sigue en el aire. El sector de los partidarios de reelegir a Mas gana adeptos, aunque en la dirección siguen siendo mayoría quienes quieren mantener el veto.
EL MUNDO – 16/12/15