Las dos velocidades del soberanismo catalán siguen generando enfrentamientos entre los protagonistas del procés. La detención de tres dirigentes de la CUP a manos de los Mossos d’Esquadra provocó ayer un nuevo choque con Junts pel Sí: los antisistema acusan al grupo del Govern de tener «complicidad con el Estado» y exigen la dimisión del conseller de Interior, Jordi Jané. Para defender su vía, la de la desobediencia, seis diputados de la CUP rompieron en el Parlament fotos del Rey Felipe VI puesto cabeza abajo.
Mientras el PDC –la antigua Convergència– y, en menor medida, Esquerra defendían la labor de la policía catalana, la CUP pedía «valentía» a sus socios en el proceso independentista y ponía a Jané al mismo nivel que a sus adversarios. «Ni el Gobierno ni el conseller acabarán con el referéndum», dijo una portavoz del partido antes de romper las fotos del Rey y de pedir «más valentía» a sus socios.
Para llevar más lejos el desafío, ya por la noche, varios diputados de la CUP –entre ellos Eulàlia Reguant y Mireia Vehí– y concejales del partido en Barcelona como Josep Garganté y Maria Rovira quemaron fotos del Monarca en una concentración de apoyo a los arrestados.
Los Mossos detuvieron ayer a tres de los cinco investigados por la Audiencia Nacional, precisamente, por la quema de fotografías del Rey durante la última Diada. Serán trasladados esta semana a Madrid por la Guardia Civil para que declaren ante el juez Fernando Andreu.
Los tres arrestados tienen vínculos directos con la CUP. Se trata del concejal de distrito de Sant Andreu en Barcelona, Iván Altimira; el técnico de medio ambiente del Ayuntamiento de Navàs (Barcelona), gobernado por la CUP, Jordi Almiñana; y el concejal y portavoz del grupo municipal de Som Gramenet, integrada por CUP y Podemos, Aitor Blanc. En principio se había hablado de un cuarto detenido Roger Santacana, inscrito en las listas de la CUP en Manresa y miembro de Arran, las juventudes de la formación asamblearia, pero fuentes de la formación aseguraron que ante la presión ejercida ante las fuerzas policiales el arresto no se llevó a cabo.
La nueva crisis en la relación entre los socios del procés llega cuando ambas formaciones negocian los Presupuestos de 2017 de la Generalitat. Los votos de los antisistema son imprescindibles para la aprobaciónde las cuentas.
La diputada Mireia Vehí pidió la «dimisión inminente» del conseller de Interior. Y añadió: «Reivindicamos la desobediencia, y el cese del conseller es una cuestión fundamental. Actúa en clave autonomista y no está a la altura del momento político». Preguntada por si las detenciones afectarán a la negociación de los Presupuestos, afirmó que la CUP «entiende la política de forma integral», dando a entender que todas las acciones tienen repercusión.
Uno de los detenidos de ayer, Aitor Blanc, cuenta con antecedentes por disturbios similares. En 2014 fue condenado a pagar una multa junto a otros tres militantes de la izquierda independentista como autores de un delito de desórdenes públicos, al haber boicoteado una conferencia de la ex presidenta de UPyD Rosa Díez en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) en 2010, informa Jordi Ribalaygue.
Varios diputados y dirigentes de la CUP estarán mañana en Madrid, donde protestarán por las detenciones en la puerta de la Audiencia Nacional. La última de las activistas que plantaron al juez Andreu, Nora Miralles, seguía ayer al cierre de esta edición sin haber sido localizada.
Los cinco independentistas están acusados de un delito de injurias a la Corona por quemar a cara descubierta fotografías del Rey durante la última Diada. Tras recibir un informe de los Mossos, el juez Andreu los citó para que declararan a través de videoconferencia el pasado 7 de diciembre. No obstante, optaron por llevar el conflicto a la arena política y anunciaron que su voluntad era «desobedecer» al tribunal como representante de la legalidad española. Elevaron su desafío días después al ofrecer una rueda de prensa en la que aseguraron que se niegan a cumplir los requerimientos judiciales porque creen que no puede ser delito quemar imágenes de una institución que ha «reprimido a los Països Catalans». Miralles aprovechó aquella ocasión para exigir a la policía de la Generalitat que se posicionara sobre «si están al lado del proceso soberanista catalán o a favor de España y de la Monarquía». «Que demuestren con quién están», dijo antes de las detenciones de ayer.
El PDC pidió sin éxito tras los arrestos que la CUP no «meta en el mismo saco» a los Mossos y al «proceso político catalán». Además, su coordinadora general, Marta Pascal, afirmó que «rompiendo fotos del Rey no se amplía la base social del independentismo», y se apartó de los métodos de los antisistema: «No reivindicamos la desobediencia, no somos los de las microrupturas».
La CUP sí recibió apoyo desde Podemos. Tanto la sectorial del partido en Cataluña como los principales dirigentes nacionales mandaron mensajes de aliento a los detenidos. El secretario general de la formación, Pablo Iglesias, escribió en Twitter: «Todo mi apoyo a Nora Pellicer, a Aitor Blanc y a todos los demás. No estáis solos. La libertad de expresión no es delito».
Por su parte, el portavoz parlamentario del PP catalán, Alejandro Fernández, exigió ayer a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que repruebe a los diputados de la CUP por romper fotos del Rey en la Cámara, una acción contra la que espera que la Fiscalía actúe de oficio.