EL MUNDO – 02/06/16
· Junqueras intentará evitar hoy el portazo definitivo a las cuentas con contrapropuestas.
La CUP demostró ayer que está dispuesta a dejar el acuerdo de estabilidad que suscribió con Junts pel Sí en «papel mojado». Los anticapitalistas han dado muestras de incomodidad desde el principio de la legislatura, y hace una semana aprobaron «librarse» de ese pacto con Convergència y Esquerra, que según ellos son tibios en cuanto a la «desconexión» de Cataluña con el resto de España. Ayer solemnizaron su portazo con un no casi definitivo a los presupuestos que hace peligrar el mandato de Carles Puigdemont y acerca un nuevo adelanto electoral.
Una reunión a media mañana entre el president Puigdemont y Oriol Junqueras (vicepresidente de la Generalitat, titular de Economía y líder de Esquerra) con los diputados de la CUP Anna Gabriel y Joan Garriga hizo albergar al Govern esperanzas de que los antisistema acabarían apoyando los presupuestos. Pero sucedió todo lo contrario: tras el encuentro, que se celebró en el Parlament y duró hora y media, la CUP emitió un duro comunicado en el que aseguraba que no votará las cuentas y recomendaba a Junqueras presentar unas nuevas.
Según la CUP, «no hay margen de negociación» con los actuales presupuestos sobre la mesa. En su actual estrategia de presión a Junts pel Sí –la coalición de Convergència y Esquerra que gobierna Cataluña cada día con más dificultades internas–, los antisistema piden, entre otras cosas, que los presupuestos no tengan en cuenta el límite de déficit fijado por el Gobierno (de un 0,7% del PIB para las comunidades autónomas), que se suban impuestos a las rentas altas y que se «reviertan» los recortes sociales y las privatizaciones.
«La enmienda a la totalidad es una decisión en firme de la CUP, dejen de especular con una posible retirada», insistía el partido tras la reunión. La CUP afirmaba también que «no tiene ningún sentido someter a votación esa propuesta de presupuestos, porque no prosperará en ningún caso», y recomendaba al Govern que «la retire y trabaje de forma negociada en una nueva propuesta».
La decisión supone un problema mayúsculo para Junts pel Sí, que había intentado seducir a los antisistema con la promesa de que en la tramitación de los presupuestos se incorporaría la rebaja del IRPF a las rentas más bajas. En menos de medio año, la estabilidad del Ejecutivo catalán ya ha quedado en entredicho con las numerosas votaciones perdidas en el Parlament, y desde Convergència ya han advertido de que tener que prorrogar las cuentas sería un golpe que el proyecto independentista difícilmente podría superar.
«El procés quedaría tocado», advertía el martes la portavoz del Govern, Neus Munté, en el caso de que las cuentas no salieran adelante por el bloqueo de la CUP. A estas alturas es impensable que Convergència y Esquerra logren el aval de algún otro partido a su plan de ruptura, y sus 62 diputados son insuficientes para aprobar los presupuestos en solitario.
Otros dirigentes de Convergència han especulado incluso con el fin de la legislatura y la convocatoria de elecciones si las cuentas no se aprueban. El primer debate parlamentario, que podría no llegar a celebrarse si la CUP no retira su enmienda, tendrá lugar la semana que viene. Si no hay nuevas cuentas, el Govern estará obligado a prorrogar las actuales.
Sin embargo, fuentes del Ejecutivo catalán aseguraban ayer que no tiran la toalla, aunque descartaban retirar la propuesta de presupuestos como pide la CUP. «Un Gobierno no retira nunca sus presupuestos», subrayaban.
El Departamento de Junqueras intentará hoy evitar el portazo de la CUP haciendo llegar a ese partido un documento con contrapropuestas para acercar posiciones. El objetivo es que los anticapitalistas retiren sus enmiendas para que los presupuestos puedan al menos empezar a tramitarse, aunque el Govern ya ha dicho que no piensa satisfacer la exigencia de no tener en cuenta el tope de déficit.
Mientras tanto, en el Hemiciclo, Puigdemont aprovechó de nuevo la sesión de control para presionar a la CUP. Les pidió que permitan al Govern hacer «los deberes», e insistió en que ellos están cumpliendo los compromisos con los antisistema.
El presidente de la Generalitat también quiso dejar claro que «muchas de las medidas» de cariz social que pide la CUP dependen de que se aprueben los presupuestos de 2016. Y, en una nueva mano tendida a sus incómodos socios, añadió que mañana presentará en el Parlament un documento que, según él, detalla los aspectos de la declaración soberanista del 9-N –suspendida por el Tribunal Constitucional– que ya se han ejecutado.
LEJOS DEL ACUERDO
La recuperación de determinados impuestos es uno de los aspectos que separan a Junts pel Sí y la CUP. La oposición lo sabe y ayer una propuesta de Catalunya Sí que es Pot (la marca con la que Podemos e ICV se presentaron a las elecciones) dejó de nuevo en evidencia esas diferencias. JxSí votó junto al PP en contra de que la modificación del Impuesto de Sucesiones – al alza – se admitiera a trámite. La CUP reprochó esta actitud a la coalición gobernante. «Así no se avanza hacia la construcción de una nueva república. Para ustedes el proceso representa el espacio político para seguir haciendo lo mismo de siempre: autonomismo y austeridad dictada por la ‘troika’», advirtió a sus socios la diputada Eulàlia Reguant.
EL MUNDO – 02/06/16