EL MUNDO – 22/12/15
· Junqueras se niega a aprovechar el ‘sorpasso’ de ERC pese a sus diferencias con Convergència.
· Tras la tregua relativa de la campaña, el foco político en Cataluña se traslada de nuevo a las negociaciones para la investidura del nuevo presidente de la Generalitat.
· Y, tal como esperaba la CUP, el batacazo de Convergència –que pasó de la primera plaza en 2011 a la cuarta el domingo– le permite ahora redoblar su presión sobre Artur Mas para que deje paso a otro candidato.
A partir de ahora, el calendario manda. La investidura debe cerrarse antes del 10 de enero; si no, se convocarán automáticamente nuevas elecciones autonómicas. La CUP celebrará el domingo una asamblea decisiva, donde se someterán a la opinión de más de 1.800 militantes cuatro opciones. La victoria de dos de ellas allanaría la reelección de Mas, mientras que si se impone alguna de las otras dos y Junts pel Sí se encastilla en su candidato los catalanes votarán de nuevo en marzo.
Para preparar esa asamblea, el partido antisistema distribuyó poco después de conocerse los resultados del domingo un comunicado en el que pide a Junts pel Sí –la efímera coalición entre CDC y ERC– que presente a otro candidato.
«Ante los buenos resultados de las formaciones de izquierdas e independentistas, la CUP emplaza a Junts pel Sí a cerrar el proceso de conversaciones que está manteniendo con la CUP con una oferta que incluya una Presidencia alternativa que pueda generar un amplio consenso», dice un punto del escrito de la formación, que no se presentó a las generales.
La insólita victoria en Cataluña de En Comú Podem, la marca electoral del partido de Pablo Iglesias, coincide con el ascenso de ERC a la segunda plaza en la comunidad –triplicando sus tres escaños de 2011– y el hundimiento convergente: el candidato Francesc Homs perdió la mitad de los 16 diputados que logró CiU en las anteriores generales. La CUP esperaba que el sorpasso republicano empujara a Oriol Junqueras a sumarse a la presión contra Mas.
Pero, de momento, eso no ha sucedido. Y los plazos apremian: hoy se cierran las conversaciones entre Junts pel Sí y la CUP, de las que debe salir el acuerdo que los militantes de la formación antisistema votarán el domingo. De ese texto sobre un «plan de choque» con diversas medidas sociales y, sobre todo, de la opinión sobre él que los negociadores transmitan a los afiliados dependerá en gran medida el resultado de la asamblea.
En cualquier caso, cada día hay más síntomas de que la unidad entre ERC y Convergència se tambalea. Los partidos decidieron presentarse por separado a las generales y ahora hacen también análisis distintos de los resultados.
El fiasco de Democràcia i Llibertat –la marca que eligió Convergència– empujó a Homs y a Mas a tratar de apropiarse para su causa la victoria de En Comú Podem. Por arte de magia, los convergentes están recuperando estos días en sus discursos la defensa del referéndum y del derecho a decidir, que desde hace meses habían orillado en favor de la opción unilateral.
Homs dijo ayer que los resultados del 20-D abren «ventanas interesantes» que su formación está dispuesta a aprovechar, y aseguró que CDC está «expectante» a la espera de ver si desde la política española se plantea un referéndum.
Pero en ERC no se plantean esa marcha atrás. Según el pacto de Junts pel Sí, Mas debe ser president, pero también el Govern debe aplicar un plan que incluya pasos unilaterales hacia la independencia y la votación en 18 meses de una nueva Constitución catalana.
Junqueras advirtió ayer a Podemos de que hay un 70% de diputados del Congreso en contra de un referéndum de autodeterminación en Cataluña, y descartó que el PSOE abrace esa iniciativa. Por ello, propuso a En Comú Podem sumarse «al único referendo posible, el de la Constitución catalana».
Tras insistir en que su candidato a president sigue siendo Mas, el líder de ERC afirmó que ni se podrá celebrar un referéndum de independencia ni tampoco reformar la Constitución española.
LOS SOCIOS DE JUNTS PEL SÍ QUIEREN GRUPOS SEPARADOS
Congreso. ERC y Democràcia i Llibertat prefieren tener grupos separados en el Congreso y sólo contemplarían negociar uno conjunto si la Mesa de la Cámara Baja les impidiera tener sendos grupos. Ambos partidos confiaron en que una interpretación relajada del reglamento salve los inconvenientes y se puedan saltar la norma, ya que ninguno de ellos alcanzó el mínimo del 15% en la provincia de Barcelona. Evocaron el caso de 2004, cuando ERC obtuvo grupo propio con ocho diputados, y se mostraron confiados en que no se repetirá el veto a Amaiur de 2011.
EL MUNDO – 22/12/15