EL MUNDO – 20/08/15
· El PSC dice que el ‘president’ usa «hombres de paja» para evitar un debate sobre su gestión.
Una de las máximas preocupaciones de la lista independentista Junts pel Sí es sumar los votos de la CUP en las elecciones para formar gobierno con una mayoría holgada que afiance el proceso soberanista. Un peaje, el de garantizar la investidura de Artur Mas, que nunca ha convencido a la formación antisistema, muy crítica con los recortes sociales de CiU en los últimos años. No obstante, ahora la CUP empieza a ceder y se abre a negociar la reelección de Mas viendo el escenario que se plantea a cinco semanas de las elecciones. Eso sí, las condiciones parecen claras: «ruptura» con España y puesta en marcha de un plan de choque social «absolutamente contrario a lo que se ha hecho hasta ahora», explicó ayer su líder para las elecciones, Antonio Baños.
«La CUP no falla. No vamos con apriorismos ni con condiciones imposibles de cumplir para acabar huyendo», aseguró el candidato antisistema después de reconocer sin tapujos que «el nombre de Mas no es un nombre que nos guste como presidente».
«Si somos decisivos nos sentaremos con todos los actores para ver cuáles son las propuestas y llegar a acuerdos», explicó Baños, quien no rechaza la posibilidad de proponer a otros candidatos para la Presidencia de la Generalitat tras el 27-S. «No aceptaremos de forma automática», resumió sobre la reelección de Mas.
Con quien descarta aliarse la CUP después de las elecciones es con Catalunya Sí que es Pot, la coalición resultante del pacto entre ICV y Podemos. El motivo: «No apuestan decididamente por la ruptura con el Estado español y la constitución de una república catalana», aseguró Baños. Toda una declaración de intenciones que parece enterrar definitivamente una posible alianza de izquierdas y acerca aún más a Junts pel Sí y la CUP, las dos listas que acuden a las urnas con la independencia como principal hoja de ruta a seguir.
Cabe recordar que la formación antisistema rechazó formar parte de la candidatura unitaria cuando Esquerra se plegó a las exigencias de Convergència y aceptó incluir a políticos en la lista, con Mas y Junqueras de números cuatro y cinco. «No podemos hablar de estructuras de Estado mientras las desmantelamos. Criticaremos los recortes de unos y las ambigüedades de los otros. No somos ni la muleta ni el parachoques de nadie», dijo entonces su líder, David Fernàndez, sobre convergentes y republicanos.
Quien también cuestiona el papel de Mas es el candidato del PSC a las elecciones, Miquel Iceta, que acusó ayer al actual president de usar «hombres de paja» en su lista para evitar un debate sobre su gestión política. En este sentido, el socialista lamentó que en los debates electorales se tendrá que discutir con personas «que no han tenido nada que ver» con el Govern, en clara referencia a Raül Romeva, número uno de Junts pel Sí. También se da la circunstancia de que el propio Romeva se había mostrado en contra de la gestión de CiU en más de una ocasión durante su etapa en Iniciativa, partido del que fue eurodiputado.
Aunque el líder del PSC dejó claro que las elecciones no serán un referéndum sobre la independencia, sí resaltó que la mayoría resultante «marcará la política de los próximos años» y puede haber «decisiones muy irreversibles».
«Si la lista de Artur Mas y la de la CUP obtienen mayoría, nos vamos a meter en un berenjenal del que nadie va a saber salir luego. Una mayoría por la independencia nos va a meter en un lío de narices», avisó. Los socialistas insisten en la reforma de la Constitución en clave federal para resolver el conflicto territorial entre Cataluña y España y desmarcarse así de las propuestas de PP y Ciutadans de cara al 27-S.
EL MUNDO – 20/08/15