EL MUNDO – 29/01/17
· Le prestará dos votos para aprobar los presupuestos. La CUP dio ayer su visto bueno a los Presupuestos de la Generalitat para 2017.
· Los antisistema condicionan su apoyo a que Carles Puigdemont cumpla su promesa de celebrar un referéndum de independencia antes de septiembre.
Tras tumbar las cuentas de 2016, y después de que Carles Puigdemont hubiera advertido de que un nuevo no precipitaría el final del proceso soberanista, la CUP ha priorizado ahora la celebración del referéndum a los avances sociales de los Presupuestos, que ven escasos. Dos de los 10 diputados antisistema en el Parlament, los imprescindibles para que los independentistas alcancen la mayoría, votarán junto a Junts pel Sí y los otros ocho se abstendrán.
Se trata de la tercera vez que el presidente de la Generalitat obtiene el apoyo de la CUP, pese a que el partido no deja de lanzar duras críticas al de Puigdemont, el PDeCAT. Los antisistema lo hicieron presidente cuando Artur Mas renunció al cargo, y también salvaron su Govern cuando convocó una cuestión de confianza el pasado septiembre.
Con su decisión, la CUP da oxígeno al proceso soberanista, que en los últimos días ha sufrido una sacudida por la dimisión del ex senador Santiago Vidal, que ha repetido durante las últimas semanas que el Govern ha conseguido «ilegalmente» los datos fiscales de los catalanes. La Fiscalía ya ha abierto una investigación al respecto.
El Consejo Político de la CUP, reunido en Vilafranca del Penedès (Barcelona), constató la victoria de las agrupaciones territoriales favorables a aprobar los Presupuestos frente a otras, como la de Barcelona, que votaron en sentido contrario. La votación, menos ajustada de lo que se esperaba, terminó con 39 votos a favor, 22 en contra y dos abstenciones.
Según explicaron tras el encuentro la diputada Eulàlia Reguant y el dirigente Quim Arrufat, la CUP da el visto bueno a las cuentas gracias al referéndum, porque en cuanto al resto de aspectos «continúa la misma política de privatización y privilegios de 35 años de autonomismo y de gobiernos de Convergència». Los antisistema pidieron sin éxito durante toda la negociación subidas de impuestos a las rentas altas, además de modificaciones, también al alza, en Sucesiones y Patrimonio.
Arrufat insistió en que el apoyo al Govern es un «sí condicional» y en que «tiene fecha de caducidad». «Si en septiembre no hay referéndum, la CUP provocará que haya nuevas elecciones», advirtió. Sin embargo, no quiso detallar a través de qué mecanismo lo haría.
Los antisistema ven el mes de septiembre como fecha límite, pero han dejado claro que si fuera por ellos el enfrentamiento abierto con el Estado se desencadenaría antes. «Depende de la presión del Estado, pero todo debe estar preparado para que se convoque incluso antes del verano, cuando el tiempo político lo requiera», dijo Arrufat.
Esa aceleración podría llegar, por ejemplo, si se produce una intensificación de las actuaciones judiciales contra Carme Forcadell, la presidenta del Parlament investigada por desobediencia y prevaricación tras permitir en la Cámara la votación de la hoja de ruta independentista. Los antisistema creen que tanto ERC como el PDeCAT podrían acabar asumiendo estas tesis.
«Urgimos al Govern a tenerlo todo listo en mayo. No nos podemos permitir otro 9-N, no podemos llegar a las puertas de un referéndum con el trabajo aún por hacer», dijo Arrufat, que dio por hecho que, pese a las proclamas del Govern, ese referéndum deberá ser «unilateral».
El voto de confianza de una CUP muy dividida tiene que ver casi exclusivamente con el referéndum. Esa propuesta, y una partida que la Generalitat cedió al final de la negociación para mejorar la educación pública, fueron claves en la decisión de ayer. De hecho, la formación había dado apoyo a las huelgas de docentes contra las cuentas, que se desconvocaron después de los últimos movimientos del Govern.
EL MUNDO – 29/01/17