ABC, 5/9/11
Avisa en una nota interna de que no se disuelve y que buscará negociar con el Gobierno que salga del 20-N
Iratxe Sorzábal, máxima dirigente de ETA, ha hecho llegar a los miembros de la banda que se ocupan de distribuir entre los militantes las consignas de la «dirección», que «la organización» (como la llaman ellos) no se va a disolver ahora y que, por lo tanto, no va a entregar las armas. Asimismo, recuerda que la resolución del «conflicto político» pasa por una negociación con el Gobierno que salga de las elecciones del 20-N, en la que se aborde la independencia, la anexión de Navarra y el futuro de los presos y los pistoleros en activo.
Además subraya que el balance del primer año de «alto el fuego» (por el éxito de Bildu y, se supone, por razones operativas, que lógicamente no cita) es plenamente satisfactorio para el independentismo vasco.
Mantener la moral
La comunicación se ha realizado a través de las vías internas de contacto que mantiene la «dirección» de ETA con sus pistoleros y, según fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN, tiene como objetivo reforzar la moral de la militancia.
Se trata de una «aclaración», dirigida a estos individuos que, en opinión de los jefes etarras, están sometidos a un auténtico «bombardeo informativo». Desde sectores políticos y mediáticos, pretenden convencerles de que el actual «proceso» incluirá, antes de las elecciones del 20-N, algún tipo de anuncio, relativo a la desaparición de la organización terrorista, que beneficie en la urnas a socialistas y nacionalistas. A día de hoy, esos no son los planes de ETA, según las citadas fuentes.
Jon Yurrebaso, dirigente del «aparato político», que participó en la negociación con el Gobierno socialista en el «proceso» de 2006-2007, demostró hace unos días que había recibido la comunicación de la «dirección».
En el juicio que contra él y otros miembros de la banda se celebró la semana pasada en París, dijo que «nadie entiende la resolución del conflicto político como el fin de ETA. El problema no es ETA. ETA es una de las consecuencias de la negación de Euskal Herria (…) Sólo el reconocimiento de la nación vasca y su derecho a decidir permitirá la puesta en marcha de un proceso que culmine en una solución justa y definitiva». En el Tribunal Correccional de la capital gala, las palabras sonaron como «ya oídas», pero en nuestro país hay algunos que las quieren vender como gran novedad.
Situación compleja
La situación de la banda es compleja ya que, por un lado, ha logrado reconstruir su «Frente Institucional» con la legalización de Bildu y los resultados electorales que obtuvo, el mayor triunfo de las últimas décadas. Pero, a la vez, han de contrarrestar el aluvión mediático que se ha organizado para transmitir que la disolución de ETA es cosa de dos días, gracias a la gestión realizada por el candidato Alfredo Pérez Rubalcaba cuando estaba al frente del Ministerio del Interior.
El éxito logrado por ETA, a la que continuamente se presenta en una situación terminal, con una debilidad extrema, es evidente y lo curioso es que haya que atravesar la frontera con Francia para que expertos antiterroristas lo reconozcan de forma evidente. Estos agentes establecen un paralelismo entre lo ocurrido, por ejemplo, en 2006 y 2007, y resulta evidente, subrayan, que nos encontramos ante la misma estrategia de utilizar treguas y altos el fuego, como «un arma más», para lograr sus fines de independencia (con Navarra) y amnistía.
La actividad de ETA en suelo galo, según las citadas fuentes, está bajo mínimos, lo que no quiere decir que no estén trabajando en lo suyo. Los desplazamientos, con el consiguiente robo de coches, se han reducido al mínimo, para evitar «incidentes» o enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad. Se trata de evitar perjuicios para Bildu que, tras el acuerdo con Aralar, podría obtener unos resultados muy importantes en las elecciones del próximo noviembre.
Pantomima
Desde la «dirección», que encabeza Sorzábal, se considera conveniente, por razones estratégicas, participar en la pantomima de que Batasuna es la que manda ahora sobre ETA. Se trata de un escenario, mientras los socialistas estén en el poder, que beneficia a la banda. Ministros del Gobierno y dirigentes del PSE no se cansan de repetir que no se va a promover la ilegalización de Bildu y esto se interpreta, entre los cabecillas etarras, como una «súplica» para que les echen una mano en la campaña del 20-N.
ABC, 5/9/11