Jorge Trias Sagnier-El País
Gobernar interinamente la Generalitat desde Madrid no va a ser fácil
Hay momentos en la vida en los que deben tomarse decisiones que no nos gustan pero que no hay más remedio que afrontar. Esto es lo que ha hecho el presidente del Gobierno hoy dejando descolocados y en medio de una orgía de ilegalidad al president de la Generalitat, a su Govern y a los diputados autonómicos que han votado esa fantasmagórica república catalana. Rajoy ha convocado a las urnas para el día que estaba acordado, o sea el 21 de diciembre, y que el president Puigdemont, en un ejercicio de irresponsabilidad política sin precedentes, se negó a convocar en el último momento. Rajoy ha utilizado el lateral thinking. No ha caído en la trampa de si se iba a aplicar un 155 más duro o más blando, y ha salido por la tangente: un 155 más corto o más largo, optando por la solución más corta y más democrática. Y ha conseguido dejar atragantados a los independentistas y, además, divididos. Rufián, de la ERC, decía en unas declaraciones que presentarse a esas elecciones convocadas por Rajoy sería una traición; pero su compañero de partido, Tardà, afirmaba lo contrario: que nunca había que desaprovechar la ocasión de presentarse a unas elecciones.
Van a ser unas elecciones difíciles. Porque van a ser tres meses en los que la habilidad política y el sentido de Estado deben prevalecer por encima de todo. Gobernar interinamente la Generalitat desde Madrid no va a ser fácil. No sería una mala idea que algunos portavoces populares permaneciesen callados y aprendiesen de su presidente o de su vicepresidenta, que sólo hablan cuando tienen algo que decir. Las sensibilidades están demasiado a flor de piel y cualquier salida de tono podría derrumbar unos pactos que son frágiles.
Los independentistas, socialistas, populares y Ciudadanos están preparados para afrontar las elecciones. Pero, ¿dónde queda ese catalanismo no independentista y pactista que ha sido hegemónico durante estos últimos 30 años, ese catalanismo que se articulaba en torno a CiU? Ahora tendrán el momento de demostrar su fuerza si son capaces de organizarse contra reloj. Son todos aquellos que nunca van a votar al PP y que si lo hacen al PSC lo harán a pesar de sus sentimientos. Y que tampoco se van a inclinar por Ciudadanos. Algunos se han hecho secesionistas por agravios personales, pero la masa de votantes sigue ahí, atónitos, escandalizados por la corrupción de su antiguo partido o por la deriva independentista de personas que creían sensatos.
Un nuevo paradigma se abre, lleno de ilusión, ahora en Cataluña después de la decisión del Gobierno de España y de su presidente. No nos engañemos, el secesionismo tiene muchos altavoces y hace mucho ruido porque ha dispuesto de “masa gris” y de mucho dinero. Pero su base es variopinta y limitada: católicos profesionales montserratinos de chirucas y muntanya, habitantes de los pueblos del interior de los núcleos procedentes del carlismo, gente “bien” desocupada o sin trabajo y jóvenes estudiantes bien adoctrinados y ansiosos de mambo. En total unos trescientos mil que siguen al pie de la letra las instrucciones de Òmnium y la ANC. La decisión de Rajoy, de momento, les ha sumido en la confusión.
Jorge Trias Sagnieres abogado y escritor.