IGNACIO CAMACHO-ABC

  • «En el partido hay una sensación de falsa calma. La realidad es que a partir de septiembre no tendremos buenas cartas»

«NO paran de preguntarme qué va a pasar, aunque veo a la gente más desfondada que angustiada. El otro día hasta me abordó una señora mientras me bañaba en la playa. Le dije que, bueno, que aún no hay nada claro y tal, por darle alguna esperanza. Y en una cena unos amigos hasta sugerían que le prometiésemos a Puigdemont un regreso a España». El diputado del PP se ríe al contarlo por teléfono desde algún lugar de veraneo. No se hace ilusiones falsas pero aún parece conservar alguna leve expectativa de bloqueo. «De un tipo como ‘Puchi’ se puede esperar cualquier cosa; yo creo que se está dejando querer desde lejos pero es cierto que hay un grupo, los Turull, Torra, etcétera, los irredentos, que quieren seguir en el monte y forzar el bloqueo diciendo que los asuntos del Estado opresor no van con ellos. Lo que pasa es que el partido, Junts, está mal de dinero, tieso, y hay otra facción partidaria de enchufarse al presupuesto. Y luego que las antiguas élites burguesas de Convergencia, los post-pujolistas, presionan para que haya acuerdo. En todo caso la investidura de Feijóo, supuesto que el Rey la conceda, está fallida, desde luego, y después habrá que esperar acontecimientos. Optimismo tengo poco, para serte sincero. Ni siquiera descartaría que Coalición Canaria, incluso UPN si el PSOE le garantiza seguir en la Alcaldía de Pamplona, nos pongan a última hora los cuernos. Y lo que es peor, probablemente nos los tragaremos. Con los navarros porque no nos quedaría más remedio y con los canarios porque compartimos allí medio Gobierno. Son muchos cargos para romper, ya sabes cómo funciona esto».

«Lo razonable es ir preparándose para la oposición, y en ese sentido la Presidencia del Congreso, que también depende de Puigdemont, será la primera y gran batalla. Si no logramos la mayoría en la Mesa y Sánchez sale investido, podrá hacer lo que dé la gana: olvídate de cualquier posibilidad de controlarlo en la Cámara. Con una correlación de fuerzas tan ajustada gobernará a decretazo limpio, con mínimas comparecencias parlamentarias, y seremos meros figurantes, comparsas. Sí, dominamos el Senado y allí podemos aprobar comisiones de investigación pero aparte de eso por desgracia su utilidad es bastante limitada. ¿El jefe? Por ahí anda, tratando de inspirar calma. Se mueve en un círculo muy cerrado, muy de su estricta confianza, a nosotros no nos llega casi nada. Para él lo más importante ahora es tener la oportunidad de dar la cara, presentarse como ganador, exponer su programa y afianzar su liderazgo ante una militancia desmoralizada. Veremos. La realidad es que el relato de la victoria electoral no se podrá estirar mucho más allá de septiembre y a partir de ahí no tendremos buenas cartas frente a un experto jugador de ventaja. Y encima ya es jodido que un tío que encabezó un intento de secesión y salió huyendo tenga la última bala…».