TONIA ETXARRI-EL CORREO

  • Albert Rivera sigue de cerca la fuga de dirigentes de Ciudadanos hacia el PP
Ni la pandemia, ni la grave crisis económica derivada del covid han contenido la frivolidad y las ansias de poder de quienes se están dedicando a alterar mayorías y romper coaliciones. Mientras la sociedad desgastada espera que la vacunación masiva sea una realidad, socialistas y Ciudadanos urdieron un golpe de mano en Murcia, que se ha vuelto en su contra. Ni calcularon la rápida reacción de la presidenta de Madrid convocando elecciones; ni pensaron que parte de los amarrados para la moción de censura se echarían atrás. Sabían, y de hecho así lo concibieron, que la ‘operación Murcia’ tenía largo alcance. Lo llegó a reconocer la propia Inés Arrimadas . «El PSOE nos pidió que rompiéramos todos los gobiernos con el PP». Sobran, pues, las disquisiciones.

No por casualidad llegaron a presentar tres mociones de censura (más la de Errejón) en tres comunidades autónomas al mismo tiempo. Ha sido Cs el gran perdedor de esta maniobra. Se estará dando cuenta ahora Inés Arrimadas que ni el PSOE ni el PP están interesados en contar con la formación naranja como partido bisagra.

Con su ‘volantazo’ ella misma ha sido quien ha activado la voladura del barco. Fran Hervías, ex dirigente nacional de su partido, ha abandonado la nave y su puesto de senador con una declaración letal. Hablando de Arrimadas como «muleta del sanchismo». Y pasándose al PP con todos sus bártulos para participar ya en la campaña de Madrid. Convencido de que otros muchos seguirán sus pasos. Habrá desbandada. Albert Rivera sigue el proceso desde primera línea. Los que se han quedado en la retaguardia, como Edmundo Bal, cargan las tintas contra el PP. Guerra de nervios. ¿Llegarán a conseguir el 5% de los votos en las próximas elecciones?

Este desatino en plena pandemia ha llevado a Idoia Mendia a realizar un agravio comparativo. Tranquilidad en Euskadi. No como el «zafarrancho» de Madrid (¿no habían empezado todo este lío en Murcia?). Filtraba la dirigente socialista un discurso de autocomplacencia más propio de su socio de gobierno, el nacionalista, que hace gala del oasis vasco aunque sea nuestra comunidad la que sigue en el furgón de cola de las vacunaciones anti covid. Pero resulta que fueron los suyos, los socialistas, quienes agitaron el avispero murciano.

El PSOE se revuelve. Le ha salido mal la jugada. Y Ábalos nos cuenta una escena de Nabucco. A los de Ciudadanos los han vendido como esclavos. ¿A quienes? ¿A los que pactaron primero con el PSOE o a quienes se arrepintieron y volvieron a ubicarse en el gobierno donde estaban? La bronca no tendrá límite.

Quien ha salido beneficiada de una maniobra que no urdió es la presidenta de Madrid. Al final el TSJM le ha dado la razón en su convocatoria de elecciones al desestimar las medidas cautelarísimas que solicitaba el recurso de la Asamblea. Pero la situación ha dado tal vuelco que, si gana las elecciones el 4 de mayo, el socio que el PP deberá cortejar será Vox. La llave del próximo gobierno de Madrid si gana el centro derecha. Casado quiere mantener su ruptura con Abascal. Pero si el PP no se deja apoyar por Vox con todas las consecuencias, es posible que Díaz Ayuso no pueda gobernar. Una situación propicia para Sánchez que nunca ha enterrado el fantasma de la foto de Colón: ubicar a Casado en la extrema derecha y despejar el centro. Pero la aproximación entre el PP y Vox, por conveniencia, no le importará a Díaz Ayuso. En absoluto.