JOAQUÍN MANSO – EL MUNDO – 28/10/15
· Los independentistas se aprovechan de la ambigüedad de Podemos para urdir un texto que ya anticipa que el 155 no será suficiente.
La propuesta de resolución presentada por Junts pel Sí y la CUP está redactada en términos tan descarnados que debería tener la virtud de despertar de su inocencia a quienes todavía piensan que la independencia no será posible porque basta con invocar la ley. La «desconexión» de Cataluña ha comenzado y va en serio. El presidente del Gobierno pareció entenderlo por fin ayer cuando advirtió de que se aplicarán «todos los mecanismos políticos y jurídicos que, en defensa de la soberanía del pueblo español y del interés general de España, le atribuyen la Constitución y las leyes». El sintagma en cursiva está tomado del artículo 155, por lo que Mariano Rajoy estaba advirtiendo, sin decirlo de manera explícita, de su posible aplicación. Será probablemente insuficiente.
«URGENCIA».El encabezado pide que el texto se sustancie ante el Pleno por «el procedimiento de urgencia» y que la Junta de Portavoces se reúna «con carácter de urgencia». Se pretende aprobar antes de la primera votación de investidura y facilitar así que la CUP apoye a Mas.
Hay otra consecuencia de que se acelere el proceso. La vicepresidenta catalana, Neus Munté, atribuyó las «amenazas» de Rajoy a «la campaña electoral». Esto es: los líderes independentistas quieren aprovechar lo que interpretan como una debilidad política del jefe del Ejecutivo, que en estos momentos es al mismo tiempo el candidato del Partido Popular. Cualquier respuesta del Gobierno será deslegitimada como si fuese una reacción electoralista del PP. En estas circunstancias, además, Rajoy va a tener que soportar una fuerte presión social y política, desde Cataluña pero quizá también desde dentro de su partido, para que adopte iniciativas traumáticas antes del 20-D. Nada le gustaría más al independentismo, que pondrá todos los medios para hacerlo inevitable. Por eso hablaba ayer el presidente de «provocación».
«AMPLIA MAYORÍA SOBERANISTA».En el primer punto de la propuesta encontrarán la horma de su zapato Pablo Iglesias y la marca catalana de Podemos. Los secesionistas fundamentan la resolución en que del 27-S surgió «una amplia mayoría en votos y escaños que apuesta por la apertura de un proceso constituyente no subordinado». La expresión destacada en itálica está tomada del programa electoral para el 27-S de Catalunya Sí que es Pot y ha sido defendida más de una vez por Albano Dante, el hombre de Iglesias en Barcelona. Sumando así el 48% de los votos abiertamente independentistas con los de la candidatura devota de Podemos, se obtiene la «amplia mayoría soberanista». El portavoz de la coalición Joan Coscubiela intentó desmarcarse ayer, pero después de haber apoyado el día anterior a Carme Forcadell, el precio de la ambigüedad es éste.
«PROCESO PARTICIPATIVO».Los puntos segundo y tercero se dedican a declarar «solemnemente el inicio del proceso de creación del Estado catalán en forma de República», proceso «constituyente» que será «ciudadano, participativo, abierto, integrador y activo». Más adelante, se habla de «empoderamiento de la ciudadanía». He aquí una concesión a la vocación asamblearia de la CUP y al lenguaje propio de sus casals –casas okupas–.
SEGURIDAD SOCIAL.La propuesta insta a poner en marcha en 30 días leyes de «proceso constituyente» –evocación de la Ley de Reforma Política de la Transición–, de Seguridad Social y de Hacienda Pública. Prácticamente las únicas estructuras de Estado que aún no ha creado Cataluña se refieren a su capacidad para recaudar tributos y cotizaciones. Desde el día siguiente a que se aprueben, la desobediencia masiva estará a un paso.
LA «DESCONEXIÓN».El texto reclama que el Parlament se declare «depositario de la soberanía y expresión del poder constituyente», como hizo el de Kosovo, y apela al proceso de «desconexión democrática». Con ese concepto se alude en el Derecho Internacional al momento que determina la secesión: aquél en el que el ordenamiento jurídico del Estado deja de aplicarse de hecho en un territorio sin que sus autoridades sean capaces de hacer valer su poder. La «desconexión» tendrá que ser «masiva, sostenida y pacífica», en el sentido de aceptada de forma generalizada por la ciudadanía durante un periodo de tiempo. Se trata de exigencias extraídas de la jurisprudencia internacional para una declaración de independencia.
EL SIGUIENTE PASO.La propuesta es especialmente abrupta cuando avisa de que el Parlament no cumplirá ninguna decisión «de las instituciones del Estado español y, en particular, del Tribunal Constitucional, a quien considera deslegitimado y sin competencia» desde su sentencia sobre el Estatut. Se adelanta pues a una posible respuesta: desoirá cualquier suspensión o inhabilitación que pueda acordarse. Por tanto, no hay ninguna razón para presumir que el Parlament se aquietará al 155. Si hubiera alguna duda, el punto octavo insta al Govern a cumplir «exclusivamente» los mandatos del Parlament «a fin de blindar los derechos fundamentales que puedan estar afectados por decisiones de las instituciones del Estado español», tratado así como una potencia extranjera invasora.
JOAQUÍN MANSO – EL MUNDO – 28/10/15