La ‘discreta’ impunidad de Ternera

LIBERTAD DIGITAL 08/03/13
GUILLERMO DUPUY

Tras entrevistarse con la consejera vasca de Interior, y tras asegurar que el Gobierno de Rajoy «no ha negociado, ni negocia ni negociará» con ETA, Jorge Fernández Díaz ha afirmado que «hay que gestionar con discreción el final del terrorismo». Bastante bien sabemos a qué se refieren los nacionalistas con esa conocida expresión que ahora hace suya el ministro del Interior. Lo que no sabemos es si Fernández Díaz se refiere a la discreción que el Gobierno de Rajoy también necesitaría en el caso de estar dispuesto a conceder todo o parte de lo ya negociado entre ETA y los anteriores Gobiernos. En cualquier caso, un Gobierno como el de Rajoy, que se empeña en no ver la persistencia de ETA en las instituciones y que ubica el fin del terrorismo no en la detención de todos los pistoleros prófugos sino en circenses anuncios de disolución o de entrega de armas, va a necesitar de mucha, mucha discreción para eludir el imperativo de justicia al que obliga un Estado de Derecho.

Desde luego, el ministro del Interior no se puede quejar de la bochornosa discreción con la que muchos medios de comunicación han tratado informaciones de tanta enjundia como las que apuntan a que Josu Ternera y al resto de la cúpula de ETA han sido expulsados de Noruega. Gracias a esa discreción, el ministro del Interior se ha permitido no valorar la noticia y a limitarse a afirmar: «El Gobierno tiene la información que debe tener. No puedo ser más explícito. Ni confirmo ni desmiento».

Teniendo presente que Ternera está en busca y captura por orden del Tribunal Supremo desde 2002, por su participación en la masacre perpetrada en la casa cuartel de Zaragoza, no se quejará el ministro de la nauseabunda discreción mediática con la que se está tratando una noticia de esta envergadura. Ciertamente, muy pocos medios parecen conscientes de la gravedad del caso Ternera, más repugnante que la del caso Faisán.

Me disculpará el ministro la indiscreción, pero, hasta la fecha, todo indica que el Gobierno de Rajoy respeta y va a seguir respetando lo negociado entre ETA y el anterior Gobierno socialista. Y no sólo en lo que a la impunidad de Josu Ternera se refiere.