- España fue excluida del comunicado de EE.UU., Alemania, Francia, Italia y Reino Unido para condenar los ataques terroristas
- Los mensajes enfrentados de PSOE y Sumar perjudican la presidencia española del semestre europeo
La ausencia del Gobierno de España en el comunicado conjunto de las principales potencias euroatlánticas del lunes en defensa de Israel tras el ataque terrorista de Hamás ha causado cierta perplejidad en medios diplomáticos, teniendo en cuenta además que el Gobierno español ejerce la presidencia semestral de la Unión Europea. Las posiciones de los Veintisiete sobre el conflicto de Oriente Medio siguen teniendo diferencias de matices claras, pero las vacilaciones de la cuarta economía de la UE en un aspecto como este se considera que solo sirven para debilitar la posición comunitaria en un trance crucial.
A nadie se le escapa que las divisiones en el seno del Ejecutivo ahora en funciones que dirige Pedro Sánchez entre los que formalmente reconocen las posiciones occidentales, los ministros que militan en el PSOE, y las abiertamente propalestinas, que defienden públicamente los del resto de la coalición, incluyendo a una vicepresidenta segunda como Yolanda Díaz (Sumar), convierten a España en un aliado poco atractivo en estos momentos. Dado que el propio presidente está interesado ahora en eludir las tensiones con sus socios de coalición de la extrema izquierda, es poco probable que se interese por involucrarse en la respuesta política occidental a este conflicto.
La labor del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en los meses que llevamos de presidencia europea tampoco ha sido especialmente intensa -ni en en este capítulo ni en otros-, ya que el grueso del trabajo se lo ha dejado al secretario de Estado para Europa, Pascual Navarro, en contraste con la reacción hiperactiva que ha desplegado el ministro con la oficialidad del catalán en las instituciones europeas, en la que sí que se implicó personalmente.