El peneuvista Markel Olano y la socialista Rafaela Romero, quienes se presentaron ayer a la elección de diputado general de Guipúzcoa, emplearon buena parte de sus intervenciones para culparse mutuamente de la elección del candidato de Bildu, Martín Garitano, como nuevo mandatario foral.
Fue la escenificación de la ruptura total de relaciones entre estas dos formaciones, los dos principales partidos de la oposición en estos momentos y condenados a entenderse si quieren ejercer un marcaje estrecho a la coalición abertzale en el poder.
Romero, primera en intervenir, fue quien encendió la mecha de las hostilidades cuando acusó al PNV de dar «un portazo» al pacto global que los socialistas ofrecieron para apoyarse mutuamente en la Diputación guipuzcoana y en Ayuntamientos como San Sebastián. «El portazo no fue de Olano, sino de [Joseba] Egibar, que es quien manda», precisó la candidata socialista. El acuerdo con los nacionalistas, dijo, «no ha sido posible» porque el PNV «ha optado por Bildu», como «claramente se vio en la constitución de los Ayuntamientos». «Allá cada cual con su responsabilidad», sentenció.
Tanto Eider Mendoza, portavoz peneuvista, como Olano, acusaron al PSE de pretender un pacto para «excluir» a los soberanistas de todas las instituciones. El ya exdiputado general afirmó que «las estrategias de exclusión son obstáculos para la paz», por lo que recomendó «cambiar el chip de la política en Euskadi» y no actuar «con las tripas, sino con el corazón y el cerebro». Antes de despedirse en público, Olano admitió que las relaciones con los socialistas están rotas, por lo que les tendió su mano para «recuperarlas» y volver a los tiempos en los que estos dos partidos, durante la pasada legislatura, fueron capaces de aprobar juntos los presupuestos de Guipúzcoa de los dos últimos ejercicios y llegar a pactos en asuntos como la incineradora o los peajes.
El candidato del PP, Juan Carlos Cano, aprovechó la ocasión para repartir la culpa de la llegada de Bildu al poder en Guipúzcoa tanto al PNV como a los socialistas. La mayor parte de su alocución, sin embargo, fue dirigida a Garitano, a quien pidió que no ponga «patas arriba» el Estado de Derecho desde el sillón foral. Unos minutos antes, el candidato de Bildu había expresado su voluntad de acometer las «reformas legales» necesarias para impulsar la independencia vasca. Cano le replicó: «No juegue con lo que nos ha costado muchos años alcanzar: el imperio de la ley, nuestras instituciones democráticas, los derechos individuales, la democracia en definitiva».
Garitano no se salió del mensaje que ha repetido durante las últimas semanas y aseguró que las instituciones deben «ser una herramienta para cambiar la realidad de nuestro pueblo» y crear las «condiciones necesarias» para que los ciudadanos puedan desarrollar sus «proyectos individuales y colectivos». «En muchas ocasiones, en este país se ha convertido en objetivo derrotar al rival. De este modo, al final, hemos terminado perdiendo todos», añadió Garitano, quien abogó por «construir una solución política en la que cada una de las partes gane».
Una vez elegido diputado general, con los 22 votos de Bildu más uno de Aralar -Olano recibió los 14 del PNV, Romero 10 del PSE y Cano cuatro del PP-, Garitano agradeció a todos los representantes políticos, tanto a los que le votaron como a los que no, por haber «garantizado la pluralidad» en la Cámara foral. También tuvo palabras de agradecimiento para sus padres, sus compañeros de Bildu y los ilegalizados de Sortu.
Advirtió a sus compañeros de coalición que, en los próximos cuatro años, les queda «un trabajo duro por hacer» que «no siempre será aplaudido por todos» y les ha animado a tener «los objetivos bien claros». Bildu tiene previsto cerrar «cuanto antes» el nuevo gabinete foral, que podría tener menos de nueve departamentos, frente a las 11 de su antecesor. Precisamente, Olano fue el primero en acudir a felicitarle, lo que también hizo la socialista Romero. El palco de invitados estuvo muy concurrido, con la asistencia de Rufi Etxeberria y Joseba Permarch, ambos de la izquierda abertzale, así como Pello Urizar (EA), Oskar Matute (Alternatiba), Joseba Egibar (PNV), Iñaki Arriola (PSE) y Borja Sémper (PP).
Aralar quiere una oferta «seria»
Martín Garitano dio ayer por hecho que Aralar formará parte de su gobierno foral, aunque no concretó de qué manera. Representantes de Bildu aseguraron a este diario que «probablemente» asumirá la dirección de alguno de los departamentos forales. Sin embargo, la única juntera de Aralar, Rebeka Ubera, no lo dio por seguro unos minutos antes. Durante su intervención, afirmó que su partido está dispuesto a compartir tareas de gobierno con Bildu en la Diputación siempre que la oferta de la coalición sea «seria y sincera» y si ambas formaciones logran llegar a un acuerdo.
Ubera subrayó que si «de verdad» Bildu «apuesta por el cambio socio-político urgente que necesita Guipúzcoa, por un cambio real», tendrá en Aralar «un compañero de viaje». Pidió a Garitano que actúe «desde las competencias que tiene y desde la responsabilidad para hacer que se cumpla lo que recoge el acuerdo de Gernika» y tratar de que los sectores que no lo suscribieron «se sumen para abrir el camino del diálogo y la negociación». La representante de Aralar destacó que tras las elecciones, las fuerzas que están a favor del derecho a decidir son mayoría en Guipúzcoa, por lo que tienen una «ocasión inmejorable para iniciar el trabajo para llevar a la práctica» dicho derecho. Y propuso que en Guipúzcoa se organicen consultas por la independencia similares a las de Cataluña.
EL PAÍS, 24/6/2011