Gabriel Sanz-Vozpópuli
- A partir de ahora el presidente tiene la tarea de convencer a los jueces de que el personaje corrupto que dibujan sus ex compadres Ábalos & Koldo nunca existió
Un ya lejano 31 de mayo de 2018, el diputado José Luis Ábalos se subía a la tribuna de oradores del Congreso para decirle al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que debía irse a su casa por «decencia» (sic); por haber tolerado, cuando no participado, de una enorme trama de corrupción denominada Caso Gürtel, la cual acababa de ser sentenciada con duras penas para el entonces tesorero del PP, Luis Bárcenas, el mismo que lucía un abrigo de astracán culpable como el contable de Al Capone en la inolvidable Los Intocables de Elliot Ness. Todo un retrato de época en la que el gasto de miles de euros en confeti para los cumpleaños de los hijos de la ex ministra Ana Mato copaba los titulares en periódicos de papel y digitales.
Como cambia el cuento. Siete años y medio después aquel Ábalos, hoy encarcelado preventivamente en la prisión de Soto del Real (Madrid) y expulsado ya del imaginario socialista al grito de «¡sinverguenza!», «¡chantajista!», se ha subido a otra tribuna de oradores, la de X, antes Twitter, a decirnos que pasa frío y, de paso, avisar a su antes idolatrado Pedro Sánchez que este marrón de la corrupciòn socialista no se lo va a comer el solito. Y qué mejor que empezar los fuegos artificiales acusando al presidente de un delito de revelación de secretos al revelarle, supuestamente durante una entrevista a solas en La Moncloa en septiembre de 2023, que su ex asesor Koldo García Izaguirre estaba siendo investigado por la Fiscalía y la UCO de la Guardia Civil.
Cuatro meses después,febrero de 2024, la UCO detiene a a Koldo y en uno de,los audios incautados en su domicilio, se oye al asesor hablando con Ábalos del asunto a calzón quitado. Transmite al ex ministro que «el boss (jefe)», en alusión a Pedro Sánchez, se había enterado, a su vez, porque se lo reveló Santos Cerdán, el cuarto ocupante del famoso Peugeot de las primarias; es más, en otro de esos audios, hablan Koldo y Cerdán, su primer jefe, el hombre que le trajo a Madrid desde el PSN navarro. El entonces número dos del PSOE, sucesor orgánico de Ábalos, le confiesa: «A mí me avisaron de que te iban a imputar por la Guardia Civil».
El mismo supuesto delito que García Ortiz
Hay que reconocer que el ex ministro hoy congelado entre las rejas de la prisión de Soto Del Real no da puntada sin hilo con esa denuncia: acusa a su ex jefe de igual delito por el que acaba de ser condenado a inhabilitación en el Tribunal Supremo el hasta ahora fiscal general Álvaro García Ortiz, en base solo a un cúmulo de indicios, es decir, sin prueba taxativa… Así que la querella presentada por Alvise contra el presidente del Gobierno ante el Tribunal Supremo llegará hasta donde llegue en la fase de diligencias previas, si acaso instrucción, pero nadie puede negar que para abrir la puerta de la venganza entre antiguos compañeros de Peugeot no esta nada mal.
Luego está esa acusación velada del ex ministro de Fomento responsable -junto a Nadia Calviño– del rescate de Air Europa contra Begoña Gómez por haberse beneficiado económicamente o laboralmente o las dos cosas juntas. Quien fuera mano derecha y confidente de un presidente sabe mejor que nadie cuál es su talón de Aquiles y ahí José Luis Ábalos ha ido cornear la femoral de Pedro Sánchez, por utilizar esos términos taurinos que tanto le gustan: «Abrir el melón de Air Europa, sería llegar a Begoña. Podemos llegar bien llegados», deja caer el ex dirigente socialista en una entrevista política póstuma en OkDiario que no tiene desperdicio.
Llegados a este punto conviene pararse a recordar que a Rajoy nunca se le llegó a imputar por el Tribunal Supremo siendo presidente del Gobierno -únicamente llegó a declarar como testigo durante el juicio del Caso Gürtel en la Audiencia Nacional- y nunca mas supimos de ese M.Rajoy que figuraba en los libros de Bárcenas como perceptor de sobresueldos en B; pero, como para todo hay una primera vez en la vida y en una España que ya ha visto entrar en la cárcel al yerno de un Rey, Urdangarín, y a ex vicepresidentes y ex ministros de todos los colores… Ojo, cuidao con lo que vaya a ocurrir a partir de ahora con su sucesor socialista en La Moncloa, P.Sánchez.
Koldo suelta la bomba
Imaginemos que la querella de Alvise contra él por revelación de secretos a Ábalos un día de septiembre de 2023 no prosperara en el Supremo a pesar del cúmulo de otros indicios aportados por la UCO en esos audios -que ya es mucho suponer-; supongamos también, añado, digo, que lo de los presuntos favores de Begoña Gómez a su amigo el presidente de Air Europa, Javier Hidalgo, tampoco prospera; ¿Y? ¿Se acabarían ahí los motivos judiciales de preocupación para el líder del PSOE? En absoluto, me dicen varias de eso que se llaman «fuentes jurídicas bien informadas».
Porqué? Pues porque el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, a petición del juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente, el que ha enviado a prisión provisional a Ábalos, Koldo y al recién excarcelado Santos Cerdán, está investigando a propósito de las mordidas que cobraba el trío de la bencina socialista supuestas irregularidades en la financiación del PSOE. Y en medio de éste descalzaperros, que diría Ignacio Camacho, llega ese Koldo que custodió los avales de Sánchez una noche de verano de 2017 para que el aparato del PSOE no hiciera trampas -lo cuenta el propio Sánchez en su libro Manual de Resistencia- y suelta la bomba: ¡Boom! El suegro, Sabiniano Gómez, padre de Begoña y dueño de las famosas saunas donde se ejercía la prostitución, puso de su bolsillo 100.000 euros para financiar al yerno.
En concreto, asegura, él personalmente se encargó de reclutar a conocidos e inmigrantes magrebíes, rumanos y latinos, a los que repartía sobres con dinero B, máximo 300 euros, para despistar al aparato del partido, al que nunca dieron cuentas y a Hacienda. Estos luego donaban ese dinero altruistamente a Bancal de Rosas, la plataforma sanchista con la que concurrió a las primarias de aquel año el hoy presidente y que ¡oh, casualidad! se disolvió el mismo día en que fue inscrita en el Ministerio del Interior… Raro, muy raro todo, ¿no? Para quien ya se haya perdido en medio del descalzaperros: Koldo, hoy durmiendo en la misma celda que su jefe Ábalos pero sin tanto frío -por lo menos no se ha quejado como el ex ministro- se autoinculpa de otro delito, blanqueo de capitales, y, de paso, inculpa al PSOE de un delito de financiación ilegal de libro; La Bonoloto, que diría un castizo.
Un desfile por la Audiencia Nacional
¿Alguien tiene alguna duda de que el juez Ismael Moreno va a volver a llamar, además de a Koldo, al que era gerente del PSOE entonces, Mariano Moreno, quien afirmó en una primera declaración judicial no saber nada de irregularidades, a ver si eso es verdad? ¿Alguien duda, también, de que el magistrado va a llamar a declarar al tesorero de Bancal de Rosas, Pedro Luis Egea, tras afirmar este en el Senado, sin despeinarse, que no pued «confirmar o desmentir» que Sabiniano Gómez hubiese donado dinero a la campaña de Sánchez?
Y cuando eso ocurra, y cuando todos ellos y algunos más que van a pasar por taquilla pronuncien el clásico A mi, que me registren, y cuando el PSOE envié a la Audiencia Nacional todos sus pagos y no haya rastro de las cuentas de Bancal de rosas… ¿Alguien duda de que el juez acabará llamando al yerno, siquiera como testigo para formularle la pregunta del millón: «Señor presidente, ¿Usted sabía algo de la pasta de su suegro para financiar su campaña?»
He intentado ser lo menos apocalíptico posible en este relato del dantesco escenario judicial que, intuyo, se le está echando encima al partido que hoy gobierna España, pero, créanme, resultado muy difícil. Porque, a un periodista, al que, en cierto modo, le pagan por sospechar, como a la Policía, le resulta realmente complicado creer que aquel al que Koldo y el resto de dirigentes socialistas hoy encarcelados se referían como «el boss«, o «el número uno», que diría la fontanera Leire Díez, también procesada en otro sumario, no sabía nada de nada; que todo era fruto de «tres sinverguenzas», que dicen en La Moncloa y en Ferraz.
Ya, lo que ocurre es que La Moncloa y Ferraz no tienen que convencernme a mí y al resto de los compañeros periodistas de que P.Sánchez no existe, que es un invento de los pseudo medios y la fachosfera… será Pedro Sánchez el que tendrá que convencer, con suerte, al juez Moreno. Y no sé si para cuando eso ocurra, seguirá siendo presidente o no; lo que sí sé es que este paìs no se merece seguir acompañándole en este calvario político y judicial que le atenaza.