EL CORREO 13/05/13
Un informe atribuye a grupos «afines al MLNV» recientes ataques aunque se presenten bajo nuevas formas reivindicativas
Detrás de la mayor parte de los actos de violencia callejera perpetrados en las calles de Euskadi en los últimos meses bajo la apariencia de protestas «anticapitalistas» está la kale borroka. Esa es la conclusión a la que ha llegado la Ertzaintza y que recoge en un informe interno. Aunque el anuncio del cese del terrorismo ha supuesto un drástico descenso en el número de acciones de sabotaje, esta violencia nunca ha desaparecido del todo e, incluso, ha habido un ligero rebrote recientemente. Pero la forma de reivindicar esos actos ha cambiado, lo que en un principio despistó a la Policía. Ahora, sin embargo, ha llegado a la conclusión de que tanto la violencia callejera tradicional como las protestas antisistema contra instituciones y entidades bancarias son obra de grupos afines a la izquierda abertzale más radical. Señala que muchos ataques recientes han sido cometidos por grupos «afines al MLNV», a pesar de que hayan cambiado sus «formas reivindicativas»
La Ertzaintza está convencida de que la mayoría de episodios de violencia callejera que se han contabilizado en Euskadi en los últimos meses con la apariencia de protestas «anticapitalistas» o «antisistema» han sido cometidos, en realidad, por grupos vinculados a la izquierda abertzale radical. Esta es una de las conclusiones que se extrae de un informe interno realizado por la Policía vasca hace ya varias semanas y que ha cobrado especial actualidad a raíz del repunte de la kale borroka durante el último mes.
Desde que ETA anunció el cese definitivo del terrorismo, hace ya año y medio, la Policía ha percibido un drástico descenso en el número de episodios de violencia callejera. Lo que no ha hecho nunca es desaparecer por completo. Cada cierto tiempo, normalmente coincidiendo con algún tipo de protesta por sucesos determinados, la kale borroka ha reaparecido en las calles de distintas localidades de Euskadi. El problema es que la forma de reivindicar muchos de estos actos vandálicos ha sufrido cambios importantes respecto a lo que se había visto en el País Vasco en los últimos años. Un detalle que en un primer momento sembró ciertas dudas entre los analistas de las fuerzas de seguridad.
Según las fuentes consultadas por este periódico, los últimos meses se han producido sabotajes que, por el contexto en el que se perpetraron, por el tipo de objetivo atacado o por la forma de asumir la acción, han estado «claramente relacionados» con el entorno de la izquierda abertzale radical. Por ejemplo, tras la detención de tres supuestos etarras en Francia a principios del pasado año, un grupo de entre 15 y 20 encapuchados incendió varios contenedores en Bilbao. Los expertos de las fuerzas de seguridad no han tenido ningún tipo de dudas sobre el origen de este tipo de incidentes, que se repiten con relativa frecuencia cada vez que la Policía arresta a algún miembro de ETA o del entorno de las organizaciones ilegalizadas.
‘Modus operandi’
La novedad se ha producido con los ataques que, de forma similar a la kale borroka tradicional, se han registrado sobre todo contra instituciones y entidades bancarias bajo la apariencia de protestas «antisistema y anticapitalistas». Uno de los primeros sabotajes de estas características se registró en marzo del pasado año en el barrio bilbaíno de Santutxu, donde unos desconocidos incendiaron varios contenedores. A simple vista, los autores parecían tener un origen distinto a los grupos de radicales ligados a la izquierda abertzale que han protagonizado estas acciones durante décadas.
Esos cambios en la violencia callejera no han pasado desapercibidos para los expertos de la Ertzaintza, que han abordado este problema en documentos internos para establecer los protocolos de coordinación entre la División de Policía de lo Criminal y la División Antiterrorista y de Información (DAI). Los analistas señalan que, a pesar de que estos hechos no han sido «reivindicados por ningún grupo identificado como afín al MLNV», tienen la «convicción» de que han sido cometidos por personas vinculadas a estos colectivos.
Sin entrar en detalles, los expertos señalan que el ‘modus operandi’, las evidencias localizadas en el lugar de los hechos y el tipo de objetivo atacado llevan a la conclusión de que sus autores están relacionados con la izquierda abertzale radical. La Ertzaintza no tiene dudas al respecto, por mucho que se haya «percibido un cambio en sus formas reivindicativas», ya que aluden a «motivaciones anticapitalistas o antisistema».
Protocolos de actuación
Esta dificultad inicial para establecer el origen de los ataques ha provocado que, en los últimos meses, algunas de las investigaciones hayan sido asumidas por la Unidad de Investigación Criminal de Guardia –que en teoría se debe encargar de la delincuencia común– y otras indagaciones hayan caído en manos de la unidad antiterrorista. Para «clarificar» esta situación y las competencias de cada grupo policial, la Ertzaintza ha establecido el citado protocolo.
Este documento señala que, a pesar de la «atenuación» en la actividad de los «grupos violentos afines al MLNV» constatada desde el cese definitivo de ETA, los ertzainas especializados en antiterrorismo asumirán las investigaciones de los altercados siempre que se tengan al menos «indicios» de que sus autores no son delincuentes comunes y siempre que se ataquen algunos de los objetivos tradicionales de la banda y la kale borroka, entre otros factores.
Estos protocolos internos de la Policía autónoma han cobrado especial importancia en un momento en el que la violencia callejera ha experimentado un rebrote importante. En las últimas semanas se ha contabilizado más de una decena de incidentes, actos de violencia y pintadas en contra del PNV, del PP y de la propia Ertzaintza. Este nuevo repunte de los episodios vandálicos –hace un año ya se registró un incremento similar de kale borroka– ha coincidido en el tiempo con los comunicados divulgados por ETA. En el último, la banda terrorista llama a incrementar la «presión popular» ante el bloqueo del proceso y el mantenimiento de la política penitenciaria.
En este contexto, el reciente intento de perpetrar una emboscada contra una patrulla de la Ertzaintza en Legazpi, que se produjo durante el fin de semana en el que se celebró la consulta sobre el sistema de recogida de basuras puerta a puerta, ha causado preocupación entre algunos analistas de las fuerzas de seguridad por la gravedad de los hechos, que están siendo investigados para identificar a los autores y, por extensión, tratar de aclarar el alcance de lo ocurrido.