EL MUNDO 17/03/17
F. JIMÉNEZ LOSANTOS
EL CONFLICTO de la estiba en los puertos españoles no es fruto de una directiva de Bruselas que, por cierto, el Gobierno de Rajoy, con mayoría absoluta y con Pastor y Catalá en Fomento, dejó sin aplicar cuando ya había directiva y sentencia de Estrasburgo, y hasta llegó a presentar como suya la postura del monopolio. Es el resultado de la protección política a un gremio privilegiado que encarece tanto la carga y descarga de barcos que, si no se ajusta a los precios de mercado, arruinará los puertos de Algeciras, Valencia o Málaga. Desde ayer es, además, un conflicto entre Rajoy y la tentación de las urnas, porque con la birria de 137 diputados no es capaz de nada por sí mismo, con razón o sin ella. Nunca se ha visto con tanta claridad lo ridículo de tanta fatuidad.