EL CORREO 10/12/14
Artur Mas y Oriol Junqueras siguen sin ponerse de acuerdo. A pesar de que la semana pasada tanto CiU como Esquerra casi dieron por hecho el pacto entre ambas formaciones para sellar una alianza que convierta las elecciones catalanas en un referéndum, la Generalitat enfrió ayer el posible adelanto electoral. «No habrá novedades en días y me temo que ni en semanas», afirmó el consejero de la Presidencia, Francesc Homs.
Justo el día en que se cumplía un año desde que Mas anunció la fecha y la pregunta de la consulta, el Gobierno catalán dejó entrever que las conversaciones entre convergentes y republicanos no marchan todo lo fluidas que esperaban hace una semana. Hasta el punto de que el Govern recordó que la fecha que toca para las elecciones es 2016 y apuntó que el propósito del Ejecutivo autonómico es cumplir con los compromisos de la legislatura.
Homs quiso trasladar la sensación de que Mas no tiene prisa por adelantar los comicios, aunque habrá que comprobar si se trata de una estrategia negociadora para apretar a Junqueras o si es una declaración sincera de intenciones. Está por ver también si el president aguanta la presión del independentismo, que lleva desde el 11 de septiembre exigiendo elecciones y que ayer reiteró la petición. ERC, la CUP y la asociación de municipios por la independencia reclamaron comicios «inmediatos» para febrero o marzo.
Pero Mas, que se ha quedado solo para aprobar las cuentas de la Generalitat de 2015, no tiene intención de adelantar las elecciones si es para celebrar unas autonómicas ordinarias. Su idea es transformarlas en una consulta sobre la independencia. Sin embargo, necesita que Esquerra se agregue a una lista unitaria y, de momento, Junqueras no cede. Prefiere que cada uno se presente a las elecciones por separado y que, tras la votación, se sumen los diputados de unos y otros. El president cree, en cambio, que si hay varias candidaturas ni el Gobierno central ni la comunidad internacional se tomarán las elecciones como un plebiscito.