EL CORREO 11/12/14
· La acusadora pública se pregunta si ETA va a volver a empezar su lucha armada en caso de que el País Vasco no logre la independencia
La fiscalía pidió ayer al Tribunal Especial de lo Criminal de París penas que suman 110 años de prisión para los siete militantes de ETA confesos juzgados en París desde el 10 de noviembre por su presunta relación con una serie de atracos cometidos en Francia entre 2005 y 2006. Mediante aquellos robos a mano armada con toma de rehenes, en plenos contactos con el Gobierno de Rodríguez Zapatero, la logística etarra reconstituyó los arsenales y reservas de material operativo que se resiste a devolver tres años después del abandono oficial de la lucha armada.
Al cabo de un informe oral de seis horas de duración, la fiscal Maryvonne Caillibotte pidió 25 años, la mayor pena, para Mikel Karrera Sarobe ‘Ata’ por tratarse del asaltante con «la violencia más extrema y natural, como evidencia que encañonara en la sien al bebé de una rehén», durante el asalto a una armería en Vauvert en octubre de 2006. Contra Zigor Garro Pérez ‘Tonino’ y Marina Bernadó Bonada ‘Dortoka’ solicitó 22 años para cada uno por sus responsabilidades «eminentes» en el aparato logístico y su papel «determinante» en los hechos, respectivamente.
La acusadora pública requirió 18 años para Borja Gutiérrez Elordui ‘Bakerito’ por «pasar de simple ladrón de coches a atracador» y 10 años para Iurgi Mendinueta Mintegi ‘Aitor’ por recepcionar los botines en su calidad de «gestor y guardián de zulos». Para los cinco acusados citados reclamó que no puedan disfrutar de ningún beneficio penitenciario hasta que no cumplan de manera efectiva por los menos dos tercios de las condenas que les sean impuestas.
Prohibición de residencia
Las peticiones fueron más bajas para los dos últimos procesados ya que los cargos imputados son de menor entidad. Ibon Goieaskoetxea Arronategi ‘Emil’ se expone a una pena de siete años y Oihan Barandalla Goñi ‘Ogaitz’ a otra de seis. En todos los casos añadió la prohibición de residir en Francia una vez purgadas las condenas.
«Sueño con que en próximos juicios no tenga necesidad de hablar de la historia de ETA, de negar que España y Francia sean dictaduras, ni preguntar dónde están las armas y los últimos clandestinos», confió Caillibotte. «Deseo que por fin se tenga un debate sosegado. Pido dignidad, honestidad y responsabilidad para que se asuman los actos. En cuatro semanas no he visto nada de eso. Conservo la moral», concluyó.
Antes la acusadora pública se había preguntado qué va a pasar con ETA si el País Vasco no alcanza la independencia. «¿Va a recomenzar ese terrorismo extremista y anacrónico? Si la paz es tan importante, ¿por qué conserva el arsenal? ¿Cuál es la lógica?», se planteó de forma retórica. A su juicio, los ac usados no han tenido arte ni parte en el abandono de la lucha armada. «Son espectadores de lo que ocurre. ¿En qué tienen que beneficiarse, ellos que cometieron acciones criminales durante una tregua?», interrogó.
«Imaginemos que ETA vuelve a empezar y que termina el alto el fuego. Entonces, ¿habría que condenarlos con más severidad? El argumento llevado al límite muestra toda la indecencia de buscar en la tregua una rebaja de la responsabilidad», reflexionó la fiscal.
El juicio continúa hoy con el alegato de las defensas. Finalizará mañana tras el último turno de palabra a los acusados. Luego el tribunal se retirará a deliberar la sentencia que se dará a conocer a última hora de la jornada.