Gabriel Sanz-Vozpópuli
- Leire Díez asegura que buscaba trapos sucios de la UCO para “un libro”, pero ningún periodista va por ahí ofreciendo a delincuentes pactos raros con la Fiscalía
El PSOE está convencido de que, desde hace muchos meses, funciona en el seno de la Guardia Civil una especie de UCO patriótica a la búsqueda de escándalos socialistas. Una Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita que, según ese relato, estaría atendiendo secretamente a aquella consigna de José María Aznar «el que pueda hacer que haga» contra Pedro Sánchez, como ya hacen -dicen sin cortarse en Ferraz- cientos de jueces, fiscales y medios de comunicación nacionales e incluso internacionales de la fachosfera.
Que se lo digan mutatis mutandi al diario conservador británico The Telegraph, al que le ha caído la del pulpo del Gobierno por publicar, citando fuentes de la Unión Europea, ojo, que el gran apagón del 28 de abril en España fue en realidad consecuencia de un supuesto experimento fallido de Red Eléctrica de abastecimiento eléctrico renovable sin apenas generación de turbina (hidroeléctrica, gas y nucleares) con el objetivo de preparar el sistema ante el apagón nuclear previsto a partir de 2027.
Solo así, desde una cosmovisión conspiratoria de la realidad, se entiende que alguien -no les quepa duda a pesar del desmentido oficial, sólo faltaba- haya autorizado las andanzas de esa especie de fontanera patriótica del peor patriotismo, el de partido, Leire Díez, cuya biografía está trufada de idas y venidas de las instituciones a cargos a dedo en empresas públicas, y vuelta a la sigla. Una Díez a quien estos días hemos escuchado en conversaciones infames con delincuentes -el empresario Alejandro Hamlyn del fraude de hidrocarburos está huido en Dubái- a la búsqueda desaforada de trapos sucios de la UCO con los que tapar la boca, digámoslo finamente -ellos hablan de «matar» (sic)-, al teniente coronel jefe de la Unidad de delincuencia económica, Antonio Balas.
Que se haya descubierto que el partido del Gobierno investiga a su Guardia Civil sin que el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, y, sobre todo, la directora de la Guardia Civil, Mercedes González, hayan dicho esta boca es mía en defensa de la labor de un teniente coronel Balas es de una enorme gravedad política
Balas y sus subordinados tienen pendiente de entregar al juez del Tribunal Supremo el informe sobre presuntas irregularidades con empresas de construcción supuestamente protagonizadas por el secretario de Organización, Santos Cerdán, que estarían relacionadas con los hoy apestados que un día tuvieron alfombra roja en el PSOE: su ex jefe, el todopoderoso ex ministro y ex secretario de Organzación José Luis Ábalos, el apadrinado por Cerdán desde los tiempos de Navarra que se acabó convirtiendo en asesor de Ábalos, Koldo García Izaguirre, y el empresario conseguidor de la trama Víctor de Aldama… Acabáramos.
Que se haya descubierto que el partido del Gobierno investiga a su Guardia Civil y la de todos sin que el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, no digo ya el propio Pedro Sánchez, y, sobre todo, sin que la directora de la Guardia Civil, Mercedes González, hayan dicho esta boca es mía en defensa de la labor de un teniente coronel Baños que fue, por ejemplo quien descubrió los casos Lezo y Púnica sobre la corrupción del PP madrileño -digo por equilibrar la balanza-, confiere a lo que está ocurriendo en España una enorme gravedad.
Un titular de Interior, Marlaska, que además fue juez de la Audiencia Nacional y, por tanto, conoce de sobra la escrupulosidad de unos informes policiales que dan base a sentencias y autos contra la delincuencia económica; con errores de bulto, sí, como la atribución a Abalos de una vivienda en Colombia supuestamente valorada en dos millones de dólares que al final resultaron al cambio 750 euros; cierto, pero también con éxitos indudables que han hecho de este país de pícaros y golfos un lugar más habitable en las últimas décadas.
¿Cómo es posible que este mismo PSOE que llegó al poder en 2018 a lomos de la lucha contra la corrupción y denunciando, entre otros desmanes de los gobiernos de Mariano Rajoy, la denominada ‘policía patriótica’ contra el independentismo catalán, haya dejado operar, si no inducido, a esta ‘fontanera patriótica’ contra la Guardia Civil?
¿Cómo es posible que este mismo PSOE que llegó al poder en 2018 a lomos de la lucha contra la corrupción y denunciando, entre otros desmanes de los gobiernos de Mariano Rajoy, la denominada policía patriótica contra el independentismo catalán, haya dejado operar, si no inducido, a esta fontanera patriótica nada menos que contra la Guardia Civil?
¿Pretenden hacernos creer desde La Moncloa y Ferraz que quien fuera interventora del PSE-PSOE en numerosas elecciones, la misma que luego intentó instalarse en la sede federal en tiempos del desaparecido Alfredo Pérez Rubalcaba -hasta que éste le dio la patada a la lista electoral municipal en Vega de Pas (Cantabria)-, la misma Leire Díez que más tarde apostó por Sánchez (vean la foto que ilustra esta pieza) y en 2018 llegó a Correos en la mano derecha de quien era su presidente, Juan Manuel Serrano, a su vez mano derecha del hoy presidente del Gobierno en la travesía del desierto, la misma que cuando sale de Correos vuelve de alguna manera a Ferraz protegida ya por Santos Cerdán, pretenden hacernos creer, insisto, que esa Leire Díez no tiene nada que ver con ellos?
¿Le resulta creíble, estimado lector, el relato que ella está propagando, de que se reunió en febrero via teleconferencia con el huido en Dubái Alejandro Hamlyn -no se ha presentado este martes a juicio-, acompañada desde Madrid por el empresario Javier Pérez Dolset, también salpicado por la trama de hidrocarburos, y por el abogado Jacobo Teijelo para «escribir un libro» (sic) de investigación? A mi no, porque les aseguro que los periodistas, los de verdad, no vamos por ahí ofreciendo a los delincuentes pacto alguno con la Fiscalía.