La fuga de empresas en una Cataluña aislada restaría 11.000 millones a su PIB

ABC 04/11/13

· La merma se sumaría a los 14.000 millones de pérdida de riqueza por la independencia, según cálculos del IESE respaldados por varios expertos.

· Balanza comercial Para Cataluña, la deriva soberanista supondría una caída de hasta el 13% de su PIB.

 

La ruptura con España le saldría caro a Cataluña. A la caída del PIB estimada en 14.000 millones de euros a corto plazo habría que añadir el efecto posterior del posible traslado de empresas y con ello la caída de inversión, lo que elevaría la reducción de su riqueza hasta un total de 25.000 millones. Es decir, que sólo la pérdida de empresas por la deriva soberanista le restaría de su crecimiento unos 11.000 millones, según los cálculos del IESE Business School, que comparten varios economistas consultados por ABC.

Para hacerse una idea de lo que supondría el impacto económico de esta ruptura se podría tomar como referencia el último Presupuesto de la región, que ascendió a 32.000 millones de euros. El PIB de Cataluña representa el 18,9% del que tiene España, 198.633 millones en 2012. Cada punto de PIB de Cataluña sería aproximadamente unos 2.000 millones, lo que significa que la comunidad perdería casi 6 puntos del PIB.

Como ya informó este periódico, la inquietud entre las grandes empresas en Cataluña ha ido en aumento desde que la Generalitat enseñó sus cartas. Por este motivo el grueso del tejido empresarial con sede en Cataluña —el 60% de sus productos se vende al resto de España— ha encargado a los principales despachos de abogados informes detallados sobre cómo se produciría el plan de deslocalización de sus empresas a otras zonas del país si llegara el caso, remoto, de que la Generalitat culminara con éxito sus ansias secesionistas.

El profesor del IESE Pankaj Ghemawat, que ha estudiado el efecto en la economía catalana del caso de secesión, calcula que el flujo comercial entre Cataluña y el resto de España puede caer dos tercios, como ya ocurrió en 1993 con la separación de Checoslovaquia en dos: República Checa y Eslovaquia. Para Cataluña la deriva secesionista supondría una caída de su balanza comercial de entre el 4 y el 13% del PIB. Es decir, según Ghemawat, supondría un descenso aproximado del 6% del PIB de golpe.

«Hay que tener en cuenta que Cataluña es también un centro de importación que luego vende al resto de España y Portugal. Ese centro también se desplazaría, por ejemplo al puerto de Valencia, que sería una de las ciudades más favorecidas por la pérdida de Barcelona de su hegemonía cómo lugar de entrada de mercancías con destino al resto de la Península», asegura José Ramón Pin Arboledas, también profesor del IESE.

Explica Pin Arboledas que «Barcelona tiene un importante grupo de empresas con servicios administrativos y de control centralizados en esa ciudad. Su traslado supondría la pérdida de personas con gran poder adquisitivo. Además perdería el efecto «viajes», es decir, la afluencia de los responsables de esos países a los centros de poder que hay en esa ciudad y alrededores. Además de los que se perderían por el llamado «efecto frontera»».

La realidad está cambiando a toda prisa y el tiempo corre cada vez más en contra de los soberanistas. Los expertos consultados coinciden en que si la economía empieza a mejorar los ciudadanos se preocupan de resolver sus problemas, la frustración disminuye y la independencia pasa a segundo plano; las empresas están ya pensando en rentabilizar esa mejoría, en aprovechar el tirón del consumo y no quieren nuevas incertidumbres, como las que implican el desafío del presidente de la Generalitat, Artur Mas.

Con una Cataluña independiente el mercado ibérico se fracturaría desde el primer momento. Ahora ese mercado está constituido por 57 millones de habitantes (España y Portugal). Y en caso de ruptura las empresas deberían elegir si quedarse en un mercado de tan sólo 7 millones de consumidores (la futura Cataluña de la UE, de momento) o abarcar los 50 millones que suman el resto de España y Portugal.

Pin Arboledas explica que la huida de cabeceras de empresas de Barcelona supondría una bajada del consumo en los 7 millones de catalanes, al menos al principio. Asegura que sólo el turismo podría compensar algo esta bajada, si bien, dice que éste es muy sensible a cualquier señal de perturbación, por lo que de momento también caería. Es decir, que las empresas que se queden en Cataluña optarían por el mercado más pequeño con reducción de su capacidad adquisitiva. «¿Lo harían? Es dudoso», asegura el profesor del IESE.

Planes de contingencia

En cuanto a las multinacionales, la percepción de que Cataluña independiente estaría fuera de la UE es la más razonable. Cualquier multinacional hace planes de contingencia para prevenir catástrofes, tanto físicas como políticas y es lo que están haciendo, tal y como adelantó ABC.

En definitiva, si el proceso de independencia continúa en Cataluña habrá un traslado de sedes de grandes empresas a Madrid y, en menor medida, a otras ciudades de la Península (Lisboa entre ellas, ya que la lejanía supone una protección frente a las perturbaciones). Los economistas consultados coinciden en que desde el punto de vista geoeconómico la Península es un mercado único y su fragmentación es un error. Y creen que por todo ello el proceso soberanista empezaría a tener un reflujo, del que ya se están notando síntomas. Comparten la idea de que las fuerzas económicas empiezan a moverse y CiU representa a la pequeña burguesía catalana, pero también a los grandes intereses económicos muy entrelazados con el resto de España.

Peso de las multinacionales

Del total de empresas de gran tamaño asentadas en la región, 1.500 son multinacionales extranjeras; el resto, en torno a un centenar, compañías españolas que emplean, de media, más de 250 trabajadores. El 20% de las grandes empresas que operan en España tiene su sede social en Cataluña. De todas ellas, diez tienen un cifra de negocios conjunta que supera los 40.000 millones de euros. Se trata de Gas Natural, Volkswagen, Seat, Zúrich Seguros, Abertis, el Grupo Planeta, el Grupo Celsa y CaixaBank. Salvo Gas Natural y CaixaBank, el resto tiene una facturación cercana a 3.000 millones.

ABC 04/11/13