Lo han suscrito en el Congreso: «Los firmantes […] vamos a combatir con coraje y fortaleza democrática a la organización terrorista ETA, hasta derrotarla definitivamente a través de la fuerza exclusiva del Estado de Derecho». ¿Puede el PNV sostener esa firma y apoyar al mismo tiempo a Ibarretxe? ¿Votarán con el PCTV? Tras el fracaso de las mociones éticas, ¿van a hacer algo para echar de las instituciones a ANV y el PCTV?
El protocolo del asesinato terrorista se ha cumplido según el programa habitual. Al crimen le siguen las declaraciones de los dirigentes políticos, las informaciones y los editoriales, los funerales con presencia de autoridades, un homenaje en el Parlamento vasco (esto es novedad) y un último viaje hasta la Málaga en la que quería vivir con su mujer y su hijo.
Hubo más novedades. Una imagen de unidad entre las fuerzas políticas parlamentarias en la firma del comunicado conjunto y aplausos mutuos entre diputados socialistas y populares. La única tensión perceptible se manifestaba esta vez entre la presidenta del PP vasco y el presidente nacional, pero la traían puesta de casa. El texto suscrito en el Congreso por las fuerzas parlamentarias y los agentes sociales sería uno de tantos, vale decir que incurre en los lugares comunes propios de esta clase de comunicados, pero entre la efusión de calificativos, se yergue un párrafo sustantivo. Este: «Los firmantes […] vamos a combatir con coraje y fortaleza democrática a la organización terrorista ETA, hasta derrotarla definitivamente a través de la fuerza exclusiva del Estado de Derecho». La última vez que se firmó un documento así fue en diciembre de 2000: el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo.
La mayoría de quienes firmaron el miércoles debería explicar que, en estos últimos años, se le distrajeron los conceptos, pero el reconocimiento de errores no es un comportamiento habitual en la política española y lo importante, aunque Jaime Mayor no conciba esta razón, es el texto, el compromiso fijado en el papel. Al menos, hasta que alguno de los firmantes o todos ellos empiecen a hacer mangas y capirotes con la letra escrita.
No cabe mucha interpretación en un párrafo como el transcrito, pero es preciso matizar el optimismo con la prudencia. ¿Puede el PNV sostener su firma en el escrito y apoyar al mismo tiempo a Ibarretxe? ¿Votarán con el PCTV? ¿Se puede querer a dos mujeres a la vez y no estar loco (o en su defecto ser capataz en la industria de la chufa nigerina)? Tras el fracaso de las mociones éticas del PSE y el PNV para comer la moral a los alcaldes de ANV hasta el cese -unas porque no logran suficientes apoyos y las que han sido aprobadas porque son ignoradas por sus destinatarios-, ¿van a hacer algo para echar de las instituciones a ANV y el PCTV? La mayor parte de las mociones han fracasado porque los socios del tripartito Ibarretxe han votado en contra o se han abstenido. En algún caso, como en Elorrio, por la ausencia de un concejal del PNV. Si las mociones están planteadas en serio, la actitud de EA y Ezker Batua debería tener consecuencias.
«Unidad, ¿para qué?», cabría preguntarse. Y ante una pregunta de estructura tan marcadamente leninista podría existir la tentación de bordear la respuesta de Fernando de los Ríos a la pregunta de Lenin sobre el objetivo de la libertad. «Libertad para ser libres», dijo el socialista rondeño con una tautología necesaria. La paráfrasis no funciona siempre. «Unidad para estar juntos» no es una respuesta a la altura de la original.
«La fuerza exclusiva del Estado de Derecho», ¿es compatible con la negociación? Parece difícil cuando el objetivo que persigue la aplicación de dicha fuerza es: «Combatir con coraje […a ETA] hasta derrotarla definitivamente», pero siempre puede ayudar la paráfrasis de Alberti: «A dialogar, a dialogar, hasta enterrarlos en el mar». O algo parecido. Permanezcan atentos a la cumbre del martes.
Santiago González, EL MUNDO, 16/5/2008